En el corazón del archipiélago canario, se encuentra La Graciosa, una pequeña isla de 29 kilómetros cuadrados conocida por sus playas paradisíacas y atardeceres majestuosos. Este auténtico tesoro canario, situado a solo media hora de Lanzarote, destaca por su tranquilidad y su entorno natural protegido.
La Graciosa es famosa por tener calles sin pavimentar, lo que la convierte en un lugar perfecto para explorar en bicicleta o en barco, disfrutando así de su belleza natural sin interferencias urbanas.
¿Qué visitar en La Graciosa?
Una de las paradas obligadas en tu visita a La Graciosa es la playa de La Francesa, un balneario “salvaje” ubicado al sur de la isla con una amplia orilla y vistas espectaculares de los Riscos de Famara. Este lugar es ideal para el snorkel debido a sus aguas tranquilas y su rica fauna marina, que incluye roncadores, burritos listados, abades y morenas negras.
Otra actividad imperdible es la excursión a pie al volcán de Montaña Amarilla, donde podrás disfrutar del contraste entre el amarillo del volcán y el turquesa del mar. El acceso es a través de un sendero plano desde Caleta de Sebo, una oportunidad única para explorar las playas cercanas como El Salado, La Francesa y La Cocina.
Para completar la experiencia, no puedes dejar de probar los platos de pescado fresco en los restaurantes de Caleta de Sebo, donde la gastronomía local se basa en la pesca diaria de los pescadores de la isla. Especialidades como el bocinegro y la morena te esperan para deleitar tu paladar con sabores auténticos de Canarias.
¿Cómo llegar a La Graciosa?
La única manera de llegar a La Graciosa es mediante ferry desde Lanzarote. El trayecto tiene una duración de aproximadamente 25 minutos y parte desde el puerto de Órzola, en el norte de la isla de Lanzarote, hasta Caleta de Sebo, el puerto principal de isla.
