La visita de cinco días de Biden a Francia, que arrancaba con los actos de conmemoración del 80 aniversario del desembarco de Normandía, ha culminado este sábado en París con una intensa jornada junto a Emmanuel Macron en la que ambos mandatarios han intentado sincronizar posiciones respecto a los dos conflictos que marcan la actualidad, Gaza y Ucrania, antes de la cumbre del G7 en Italia de la próxima semana y sobre todo, han replanteado el futuro de las relaciones trasatlánticas en un contexto de amenaza de vuelta de Trump a la Casa Blanca. Macron y Biden ya habían limado diferencias en los últimos tiempos respecto a algunas posiciones geopolíticas pero la visita de Estado a Francia, la primera del estadounidense y que se da en la víspera de unas importantes elecciones europeas, ha servido para revitalizar una relación que no empezó bien al principio y ha ido mejorando enteros con el paso del tiempo.
Ambos mandatarios arrancaban la jornada del sábado con la habitual ceremonia de importantes visitas de estado en el Arco del Triunfo, encendiendo la llama del soldado desconocido y saludando a las principales autoridades militares del país, antes de almorzar en el Elíseo junto a las primeras damas, Brigitte Macron y Jill Biden. “Los dos mandatarios quieren evocar ese apoyo sostenible en el tiempo a Ucrania” han afirmado fuentes del Elíseo en los momentos previos a la visita. En la jornada del viernes, tanto Macron como Biden prometían nuevas ayudas a Zelenski: 225 millones de dólares en el caso estadounidense, 650 millones en créditos en el francés y aviones caza Miracle 2000 junto con el compromiso de formación e instrucción militar. Los anuncios de nuevas ayudas son los frutos concretos que deja a su paso por Francia el maratón de visitas en el extranjero en el que se ha embarcado Zelenski en busca de un apoyo internacional sin fisuras a la defensa de Ucrania según sus planes sin ceder un centímetro político o militar a Rusia. En este sentido, Rusia se ha mostrado incómoda con la nueva ofensiva internacional del presidente ucraniano y en particular con Francia estos últimos días. Las tensiones entre París y Moscú han ido en aumento desde que Macron mencionó la posibilidad de enviar instructores franceses a Ucrania sin descartar la opción de desplegar incluso a militares.
La visita de Biden a París tiene además un importante simbolismo ya que se produce en plenas elecciones europeas en las que puede aumentar el voto a la extrema derecha y horas antes de que abran las urnas aquí en Francia para las que, según todos los sondeos, la lista de Le Pen saldrá triunfadora sacando una considerable ventaja al hipercentro europeísta de Macron. Y todo ello pese a los vínculos de la líder ultraderechista en el pasado con Rusia, la “nueva amenaza” contra la que se han conjurado en múltiples ocasiones estos días Biden y Macron en Francia.
