«Segunda muerte»: crímenes pasiegos

«Segunda muerte»: crímenes pasiegos

Para Sandra Ortiz la paz no se encuentra trabajando para una multinacional tecnológica entre paredes a cientos de metros por encima de una urbe. La protagonista de la serie «Segunda muerte» que acaba de estrenar Movistar Plus+, y que interpreta Georgina Amorós, prefiere la vista desde la ventana de su casa en el valle pasiego del Miera, en Cantabria. Allí trabaja como auxiliar de la policía y la Guardia Civil y se hace cargo de su hijo, Daniel, y su padre, Tello (Karra Elejalde), un ex agente de la Unidad Central Operativa (UCO) jubilado. La serie es un thriller policial creado por Agustín Martínez, producido por José Manuel Lorenzo y dirigido por Óscar Pedraza y Álex Rodrigo.

En Liérganes, el pueblo del valle pasiego del Miera donde trascurre la trama, se ha encontrado el cadáver de una anciana, Juliana, lo que no es posible, porque la señora lleva siete años enterrada. ¿Puede una persona morir dos veces? El hecho de que sea la propia Sandra quien la encuentre hace surgir en ella capacidades que tenía dormidas e incluso duda de su decisión de ser solo auxiliar, cuando algunas de sus dotes, de observación y su memoria fotográfica, la podría ayudar en un caso como este. Para más incomodidad tiene que hacerse cargo de su hijo pequeño mientras espera que su novio, Castro (Joel Bosqued), salga en unos días de la cárcel y tenga que enfrentarse a lo que siente o no por él. Además, su padre, al que apodaban «la montaña» por su dureza y determinación, no pasa por sus mejores momentos y con la posibilidad de olvidar todo y a todos en un segundo, se inmiscuirá en la investigación poniendo a prueba la paciencia de su hija. Como en todo pueblo que se precie, todo el mundo está implicado de una manera u otra. Completan el reparto Aria Bedmar, como la enigmática y provocadora Claudia, Sara Vidorreta, Veki Velilla como Rebeca, Andrea Ros como Olalla, Paula Morado como la sargento Irene Puebla, Antonio Navarro como el sargento Juan Navarro, Fernando Guallar como Rodrigo Setién, y Maribel Salas y Arturo Querejeta como Marina y Jano, respectivamente, entre muchos otros.

Padre e hija

La serie, que destaca por la belleza de sus exteriores que provocará a los espectadores una mezcla de fascinación y halo de misterio, y que será protagonista de algunas de las escenas más angustiosas de la ficción, también destaca por el perfil de todos y cada uno de sus personajes. Junto a ese ambiente que recuerda el frío y la noche rápida de los «nordic noir» modernos, son las interacciones entre los habitantes del pueblo las que causan el efecto mariposa que conlleva el suspense: nuevas muertes, engaños, secretos… Volver a tu pueblo tras haber tocado el cielo profesional ha sido una decisión dura para Sandra. También significa un paso atrás que aporta serenidad, pero también volver a un sitio anclado en el tiempo, con padres que no hablan a los hijos que pretenden medrar fuera del campo, con reuniones en los bares cada día y donde un asesinato es la noticia más importante de la década. Para llevarnos de la mano por este caso está el dúo padre e hija, que bordan Amorós y Elejalde, uno con la maestría en la interpretación de un hombre que lo ha olvidado casi todo salvo investigar, con cantidades ingentes de sentimientos reprimidos e incapaz de doblegarse a un abrazo. Él será el motor en las cuestas hacia arriba, el freno y también el lastre cuesta abajo. Carga con un importante peso tras un amor equivocado y lo interpreta con su versión achepada, cejijunta y la búsqueda de cierta redención. Amorós tiene una evolución palpable minuto a minuto y de su coleta de inocencia para poner multas pasará a la acción y arriesgará todo por la búsqueda de la verdad, aunque sus dilemas morales intentarán apuñalarla por la espalda en multitud de ocasiones. Por eso son tan importantes estos dos personajes, porque la investigación salpicará una trama que lo que está es centrada en relaciones paterno y materno filiales. Las constantes tensiones entre Sandra y Tello impregnan cada escena y cada decisión que toman. También aparecen los mitos y las leyendas muy ligadas al ambiente rural que añaden enigmas que revolotean entre las sombras para asustar a niños y a mayores. Todo enfocado a que el espectador viva en primera persona esa dualidad entre un caso que parece imposible de resolver y el enfrentamiento constante derivado de los cruces de palabras, miradas, las frases que no se terminan y un pasado que dejó suficientes partes sin recorrer para haber dejado mella en nuestros protagonistas. ¿Se cerrarán heridas y casos?

Localizaciones: «Cantabria con otros ojos»

Beatriz Sáinz, jefa de localizaciones de «Segunda muerte»: «No ha habido dudas. Todo al verde. Así empezamos el trabajo en el equipo de localizaciones. Hemos mirado Cantabria con otros ojos, viendo cosas que, pensábamos, ya no podríamos conocer. Las cabañas pasiegas, grandes protagonistas en la trama, sus modos de vida, su gente y sus increíbles valles pasiegos. El pueblo de Liérganes, sus calles e historia convertidas en set de rodaje. Casi no ha quedado rincón de Cantabria en el que rodar». La producción confirma el «potencial de Cantabria como set natural», y del que todo el equipo de la serie ha vuelto enamorado.

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