Los verdejos fermentados en barrica con gran potencial de guarda que conquistarán tu paladar

Los verdejos fermentados en barrica con gran potencial de guarda que conquistarán tu paladar

Suavidad, equilibrio, integración natural y una sensación aromática y en boca inigualables. Estas son, grosso modo, algunas de las cualidades que caracterizan a los vinos blancos fermentados en barrica, una práctica ancestral en la que el vino joven se transforma a través de la madera para darle un carácter único y distintivo. De hecho, el roble aporta sutiles notas de vainilla, además de especias y otros tostados, mientras que la fermentación en barrica logra que el vino madure en contacto con las lías mientras suelta sus particulares aromas que enriquecen también el producto final.

Se trata de una tendencia al alza en los últimos tiempos, por la que están apostando cada vez más las bodegas y los enólogos, aunque aún tiene mucho recorrido por delante además de una asignatura pendiente: formar al consumidor, todavía poco habituado, al igual que muchos bodegueros, a esperar tres o cuatro años para degustar estos grandes vinos blancos de guarda, capaces de aguantar aún más tiempo para ser degustados en total plenitud. Algo que, dicho sea de paso, no ocurre con los tintos.

“Vivimos en una sociedad en la que lo queremos todo de inmediato y en el mundo del vino no debería ser así”, asegura a LA RAZÓN el sumiller Miguel Ángel Benito, director de la empresa Mab. Wine Consulting, para quien los vinos verdejos que se elaboran en la zona de Rueda tienen un “enorme potencial” a partir del tercer y cuarto año de maduración, y están más que preparados para poder competir con los vinos franceses que se crían en barrica.

Este experimentado sumiller, impulsor de la Cata Ópera Prima que se celebra en la localidad vallisoletana de Peñafiel sobre noviembre, donde se prueban los vinos jóvenes de la Ribera de Duero que van a salir al mercado, acaba de catar en dos sesiones celebradas en una bodega de la DO Rueda junto a otras cuatro personas de su equipo un total de 25 vinos blancos de alta gama de la variedad verdejo elaborados por reconocidas bodegas de esta Denominación de Origen vallisoletana pero también de la IGP Vino de la Tierra de Castilla y León que han sido fermentados en barrica.

Más de una veintena de vinos de añadas que van desde la de 2016 hasta la de 2023, cuyo precio medio oscila entre los 19 y 20 euros hasta los 88 euros, y que están presentes muchos de ellos en los mejores establecimientos de hostelería y restauración.

“Lo que hemos querido hacer con estas catas es ver la evolución que han tenido los vinos”, señala Benito, mientras hace una valoración más que satisfactoria de estos vinos degustados, muchos de ellos elaborados con uvas procedentes de viñas viejas o de cepas de más de 25 años en el caso de bodegas nuevas, que considera que son de “alta calidad” la mayoría y han logrado excelentes resultados, aunque también advierte de alguna que otra sorpresa inesperada en algún vino “famoso” que ha sido de los peores puntuados.

Mejores puntuaciones

De entre los 25 vinos blancos fermentados en barrica de la DO Rueda y la IGP Vino de la Tierra de Castilla y León que el sumiller ha catado junto a su equipo, el que mejor valoración ha recibido, con un total de 97 puntos sobre cien, ha sido “Naiades”, de Bodega Naia, correspondiente a la añada 2019 en la DO Rueda.

Tras él se sitúan hasta siete vinos que han recibido 96 puntos de nota: “Barón de Chirel”, de Bodega Herederos de marqués de Riscal, un Vino de la Tierra de Castilla y León de la añada 2022; “Castelo de Medina Prefiloxérico”, de la Bodega Castelo de Medina, de la DO Rueda y añada 2021; “Montepedroso Enoteca”, de Finca Montepedroso, de la DO Rueda y añada 2020; “Nidia de Guarda”, de Bodega Nidia, de la DO Rueda y añada 2018; “Amador Díaz”, de Bodega Cuatro Rayas, de la DO Rueda y añada 2018; “Castelo de Medina Verdejo VS”, de la Bodega Castelo Medina, de la Do Rueda y añada 2022; y, finalmente, “Laslias de Beronia”, de Bodega Beronia, de la DO Rueda y añada de 2020.

En noveno lugar, con 95 puntos sobre cien, se encuentra otro vinos “Amador Díaz” de la Bodega Cuatro Rayas, pero esta vez de la añada de 2020, mientras que en décimo puesto hay otros tres vinos empatados a 94 puntos: “80 aniversario edición limitada”, de Bodega Hijos de Alberto Gutiérrez, de la DO Rueda y añada 2021; “Liberso Curioso Verdejo”, de la Bodega Crianza de Pozáldez, de la DO Rueda y añada 2016; y, para finalizar, “Varrón”, de la Bodega Lagar de Moha, de la DO Rueda y añada 2022.

El sumiller afirma que estos vinos con barrica francesa y americana que ha catado tienen un potencial de guarda importante. “De esta experiencia, me quedo sobre todo con el buen ensamblaje del verdejo con una madera no muy potente y la durabilidad”, apunta, a la vez que hace hincapié en que es a partir de los tres o y cuatro años cuando estos vinos marcan su potencial envejecimiento y elegancia y están listos para disfrutar de ellos en todo su esplendor.

“Fermentar un vino blanco de estas características en barrica y beberlo ya sin dejar pasar al menos estos tres años es un delito”, sentencia Miguel Ángel Benito.

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