El desorden de ERC sume a Barcelona en el desconcierto

El desorden de ERC sume a Barcelona en el desconcierto

Suele decirse que ERC tiene dentro de su propia formación a su peor enemigo. Ni PSC ni Junts. Sino que les tiemblan las piernas en el momento de tomar decisiones importantes. Y lo cierto es que en apenas una semana han perdido el pulso a la mesa del Parlament, al proceso de investidura y, en apenas 24 horas, la posibilidad, por ahora, de formar gobierno en Barcelona de la mano del socialista Jaume Collboni.

Respecto a la mesa del Parlament, los republicanos renunciaron a presidirla en favor de Junts. El plan, entre bambalinas, parecía claro. Votar a favor de una imposible investidura de Carles Puigdemont para después, a última hora, evitar la repetición electoral haciendo presidente de la Generalitat a Salvador Illa. Nada más lejos de la realidad. Les falta el instinto político que le sobra a Junts. Los postconvergentes han deslizado que, tras tener el control de la mesa, su primera opción para la investidura sería Illa, por lo que los planes de ERC se irían al traste y una eventual repetición electoral cobraría fuerza.

Respecto a Barcelona, en este clima de luchas internas republicanas, ERC convocó para el jueves un congreso extraordinario con un único punto para debatir: la posibilidad de entrar a formar parte del gobierno municipal de Barcelona con el PSC. Pues bien, el espacio reservado se quedó pequeño para los más de 500 afiliados que acudieron a la cita para, presumiblemente, votar en contra del acuerdo.

El primero en levantar la liebre ayer fue, precisamente, el ex presidente de los republicanos en Barcelona, Ernest Maragall. A su juicio, de haberse celebrado el congreso, su votó habría sido: «Ahora y así, no. En ese momento y de este modo, no». Y añadió: «Estamos en una circunstancia de país que es muy exigente y que se deben tomar decisiones de país». Por eso cree que los afiliados de ERC, «con su presencia masiva», enviaron un mensaje claro: «No corramos tanto». Según Maragall, había mucha gente con ganas de votar en contra de entrar en el gobierno de Barcelona, y «seguramente mucha gente con ganas de decir que sí». El ex líder republicano entiende que es obvio que hacía falta un debate «que no está ni mucho menos agotado», y explicó que el acuerdo con el PSC está cerrado desde febrero, antes de que se convocaran las elecciones en Cataluña. Entiende que haya cierta impaciencia de quienes habían cerrado el acuerdo, «pero desde entonces han pasado bastantes cosas». Maragall apuntó que la situación que se vivió durante el congreso extraordinario de ERC demuestra que existe una demanda clara de hacer política por parte de la militancia. Sobre las negociaciones en el Parlament, Maragall dejó la puerta abierta tanto a PSC como a Junts para un acuerdo de investidura, y cree que la repetición electoral sería una mala noticia. En este sentido, pidió al PSC valentía para poder llegar a un acuerdo de investidura. Eso sí, «¿debemos estar de rebajas? Más bien es a la inversa».

Otra de las voces discordantes ha sido la del conseller de Empresa en funciones, Roger Torrent, que defendió que el partido debe «escoger nuevos liderazgos» tras los malos resultados del 12M, y ve el momento como una oportunidad para replantear la estrategia política. «Junqueras dejó la presidencia del partido la semana pasada, o esta misma, Marta Rovira ya anunciado que no seguiría, tampoco Pere Aragonès. Hay un proceso en el que deberemos escoger nuevos liderazgos», afirmó. Por ello, pidió que la militancia hable «de una manera ordenada, paciente, sin confrontaciones, ni peleas ni batallas», tal y como ha ocurrido en otras ocasiones.

La federación de ERC en Barcelona, mientras, ha anunciado que reagendará su congreso extraordinario, otro giro de los acontecimientos, «teniendo en cuenta» la ronda de consultas en el Parlament para la investidura, cuyo pleno se celebrará el 25 de junio. O lo que es lo mismo «sine die».

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