El resurgir silencioso de la Infanta Elena

El resurgir silencioso de la  Infanta Elena

El fallecido Carlos Falcó, marqués de Griñón, decía que «la infanta tiene majestad. Es majestuosa. Y brilla, aunque esté en un segundo plano. Es una secundaria de lujo para la Corona. Ella es Borbón cien por cien. Tiene sentido de la Historia y sabe cuál es su deber. De haber sido reina de España, hubiera desempeñado su papel magníficamente». La hija de Don Juan Carlos y Doña Sofía está en un buen momento personal y profesional, más cerca de su hermano que nunca. Justo además, cuando el próximo 19 de junio es el aniversario de la coronación de Felipe VI.

Su posición en la agenda real ha sido intermitente y ahora, vuelve con fuerza, pero manteniendo su perfil bajo. Hoy mantiene su agenda laboral en Mapfre donde se ocupa de los proyectos sociales de la entidad y acude a los concursos hípicos que se organizan en Madrid y Sevilla. En el mundo hípico tiene grandes amigos que mantienen la confidencialidad. Comparte vida social con sus amistades de siempre, entre las que se encuentran sus primas Borbón Dos Sicilias, Carlos García Revenga, Simoneta Gómez-Acebo, con quien se reúne habitualmente en el restaurante Chalet Suizo, y sobre todo con Rita Allendesalazar, con la que comparte retiro segoviano y a veces, es posible verla en misa dominical en Torrecaballeros. Últimamente se la ha visto a través de imágenes en Instagram con Vicky Martín Berrocal, José Ignacio Galán Ordónez, artista conocido como «Nacha la Macha», y otros nombres que no formaban parte del grupo de Doña Elena. A sus 60 años, la primogénita Borbón y Grecia ha vuelto a ser parte importante en la vida de Felipe VI. Y lo ha hecho sin polémicas, sin hacer ruido, y a medida que el de sus hijos, sobre todo, Felipe, se ha ido aminorando.

Hace unos días la Infanta Elena acudió a la plaza de Las Ventas en Madrid donde se celebró la Corrida de la Beneficencia y allí fue aplaudida. Elena es marca España. Le gusta la Fiesta Nacional y no tiene reparos en pintarse la cara con una bandera en algún acontecimiento deportivo. Días atrás el Rey Felipe había hecho lo mismo con motivo de la agenda taurina de la Prensa. Dos carteles a los que, salvo excepciones, acudía algún miembro de la familia Borbón. Precisamente fue en esa plaza de toros, en junio de 2019, cuando hizo su primera aparición pública tras su despedida institucional. Antes de la cita taurina hubo un almuerzo en el Jardín de Oñate, la finca propiedad del empresario, al que también acudieron la Infanta Margarita y su marido el doctor Zurita. Ese día, salvo su círculo íntimo, desconocían que semanas después Don Juan Carlos viajaría definitivamente a Abu Dabi. Esa imagen del Rey ya jubilado, con parte de su familia en los toros, sería también el último retrato oficial. Luego, vendría otro tipo de fotos.

Mejor que nunca con Vic

Desde que se divorció de Jaime Marichalar, la Infanta Elena ha sido la fiel escudera de su padre. Mantiene una relación estrechísima con el que siempre ha compartido aficiones, como el buen comer, la caza y la vela. Para el Rey Juan Carlos su hija se convirtió en un gran apoyo cuando dejó la Jefatura del Estado y lo sigue siendo en la actualidad. Fue la primera que se desplazó en secreto a los Emiratos, tres meses después de que Don Juan Carlos se instalara allí, en pleno cisma familiar . Un gesto de amor que demostró que su padre estaba por encima de todo. Esos encuentros se fueron sucediendo hasta que se convirtieron en habituales tanto para ella como para su hermana Cristina. Y lo mismo sucedió con las estancias del monarca en Sanxenxo. Si la primera vez resultó una sorpresa para muchos, ya se sabe que cuando él regatea su hija estará cerca.

A finales de mayo de 2022, Elena hizo, incluso, un viaje exprés a Sanxenxo para mostrar su apoyo a su padre. Fue un viaje de veinticuatro horas que realizó porque quiso estar a pie de pista en el aeropuerto de Vigo. Cuando este llegó al club Náutico de la localidad fue Elena quien lo acompañó antes de viajar a Sevilla para atender un compromiso hípico. La Infanta era consciente de que para su padre era muy especial regresar a Sanxenxo y ahí quiso estar ella, con su reverencia incluida ante las cámaras.

Don Juan Carlos fue quien le ofreció su apoyo cuando decidió divorciarse. No tenía el de su madre. Hoy, Elena está radiante, también gracias al rumbo de sus hijos. La tutela de su padre con Felipe la calma y tiene una relación más relajada con Victoria, que profesionaliza cada vez más sus aspiraciones como modelo. Doña Elena, Lena para los amigos, respira.

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