Irrumpe la Energía Dirigida

Irrumpe la Energía Dirigida

El ataque de Israel a las milicias de Hezbolá en el Líbano haciendo estallar los buscapersonas de sus militantes pone sobre la mesa las nuevas tecnologías de la guerra moderna, que utilizan el espectro radioeléctrico para funcionar. La contienda de Azerbaiyán con Armenia fue la de los drones, que ganaron los azeríes al destruir con enjambres de estos aparatos las fronteras antiaéreas cuyabras. En Ucrania las defensas de la OTAN están teniendo dificultades para parar los hipersónicos rusos kinzhal, que impactan en objetivos estratégicos sin gran dificultad. Un hipersónico hutí entró hace dos semanas dentro de Israel sin que el Iron Dome lograra interceptarlo. Los misiles hipersónicos son tan rápidos que podrían tardar apenas minuto y medio desde Rusia a Berlín, 3 minutos a París y 20 segundos más a Londres. Detenerlos es difícil con misiles, amen resultar carísimo. De ahí el desarrollo exprés de las denominadas Directed Energy Weapon (DEW), Armas de Energía Dirigida, altamente concentrada, emitidas por láser o microondas. La luz del láser se desplaza a 300 mil kilómetros por segundo, mucho más rápido que el hipersónico más rápido. Israel va a complementar su Iron Dome con un Iron Beam utilizando un láser de 100 kW o más para abatir misiles y cohetes. Aunque el país con más desarrollo de armas de luz es Turquía, que empleó una de ellas por vez primera en 2109 en Libia. Recientemente presentó un láser capaz de atravesar planchas de acero a medio kilómetro de distancia, para eliminar drones y vehículos subacuáticos no tripulados, así como detonar explosivos sin afectar a las personas. Nada que ver con otro presentado por China y que provoca una “carbonización instantánea” de la piel y los tejidos humanos a un kilómetro de distancia.

La gran diferencia está en que mientras que la mayoría de las armas convencionales dependen de la energía química (bombas, granadas, etc) para crear energía cinética y lanzar proyectiles, las DEW envían energía en vez de materia a través de pulsos. Si son electromagnéticos, los pulsos pueden provocar un aumento repentino del voltaje de los equipos electrónicos, haciéndolos inútiles, similares (a escala) a las producidas por una tormenta solar o un rayo, o artificialmente por una detonación nuclear en altura, como la denominada bomba Arco Iris (por las auroras que crea en el cielo). La Arco Iris es un explosivo termonuclear de un megatón disparado a 500 km de altura sobre el objetivo, que genera pulsos con lluvia de electrones y tormenta geomagnética. Destruye ipso facto todas las redes eléctricas de su radio, salvo las que se encuentren en búnkeres, que funcionan como jaulas de faraday. Pero todo a lo electrónico y eléctrico a su alrededor queda inutilizado, generando un apagón total y un caos formidable, mandando a una ciudad o una región enteras directamente a la Edad Media.

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