El obispo de Palencia, Mikel Garciandía, visitó este domingo
29 de septiembre el colegio de los Barnabitas para conocer de primera mano el
día a día de los 90 migrantes africanos que residen en las instalaciones desde
el pasado mes de septiembre y cómo se desarrolla su vida en la capital.
Esta visita coincide con la Jornada Mundial del Migrante y
del Refugiado, que hoy celebra la Iglesia, y que llama a trabajar para “crear
comunidades acogedoras y misioneras, en caminar juntos”. Ante la realidad
migratoria, la Iglesia “se siente llamada promover, acoger, proteger e integrar
a los migrantes”.
Garciandía estuvo acompañado de Anastasio González, vicario
general, y Javier Velasco, delegado diocesano de Pastoral Caritativa y Social,
así como por Mariano Cortes, gerente de San Juan de Dios, entidad que gestiona
el centro donde residen los propios jóvenes procedentes de Senegal y Mali.
“En esta Jornada del Migrante, del Refugiado, como
cristianos tenemos que agradecer a Dios. Así como nosotros hemos sido tantas
veces acogidos a lo largo de la historia en tantos lugares, ahora nos toca
realizar la teranga, que en el idioma wolof de estos chicos que están ahí en
Palencia, entre nosotros, significa hospitalidad”, apuntó el obispo.
Dejó claro que estos jóvenes africanos “buscan un futuro y
tienen una esperanza de una vida mejor”, por lo que los cristianos “estamos
llamados a acoger, a ser hospitalarios con ellos, como Dios lo ha sido con cada
uno de nosotros”, dijo. Además, animó a que esta Jornada haga plantear “cómo
existen tantísimas cosas que son gratuitas, pero hay muchísima gente que no
tiene, ni mucho menos, las oportunidades que tenemos nosotros”.
“Todo lo que nosotros hemos quitado de África, ahora
nos toca, de alguna manera, resarcírselo, a los que vienen expulsados de las
situaciones de aquellas naciones. Que Dios nos dé a todos entrañas de
misericordia”, asevero monseñor, informa Ical.
