El ejército ruso dice haber causado 400 bajas a las fuerzas ucranianas que irrumpieron en Kursk sólo en las últimas 24 horas de enfrentamientos en esta región fronteriza. Según el Ministerio ruso de Defensa, a lo largo de la jornada del sábado las tropas de Kyiv intentaron nuevamente extender su presencia en el óblast, donde penetraron hace casi dos meses para crear una zona tapón y mermar las capacidades ofensivas del Kremlin. El sábado, los soldados ucranianos trataron de burlar la frontera en nuevos sectores del territorio ruso, pero fueron repelidos seis asaltos en la zona, siempre según Moscú.
Las bajas diarias ucranianas ascendieron a 400 personas, de acuerdo con las cifras del Ministerio ruso de Defensa, mientras que el enemigo ha perdido a más de 18.560 hombres en Kursk desde el inicio de la incursión terrestre el pasado 6 de agosto. En paralelo, las fuerzas rusas repelen ataques aéreos ucranianos sobre esta zona, uno de los cuales afectó este domingo un edificio residencial en la capital de la región, según informan los medios locales. Dos viviendas sufrieron daños a causa del impacto sin que el incidente causara víctimas.
El Gobierno ruso ha comenzado a emplearse a fondo en Kursk para expulsar a las tropas ucranianas de su territorio. Por eso, según el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), un think tank con sede en Washington, han sido desplegadas en la zona unidades de las fuerzas de élite del FSB. El servicio federal de seguridad ruso ha asignado a fuerzas de operaciones especiales, incluidos elementos de los grupos Alfa y Vympel, la tarea de identificar y destruir grupos de sabotaje y reconocimiento ucranianos, según Novaya Gazeta. Son las unidades encargadas de llevar a cabo operaciones antiterroristas contra pequeños grupos, y probablemente carecen de la formación y el equipo necesarios para responder a unidades ucranianas que llevan a cabo ataques combinados, explica el diario independiente ruso.
La presencia de agentes del FSB abona las declaraciones del presidente del Comité Militar de la OTAN, Rob Bauer. El almirante considera que la operación ucraniana en Kursk ha creado un problema estratégico para el presidente ruso Vladimir Putin. «Kursk es un buen ejemplo de dónde se llevó a cabo una contraofensiva y dónde Ucrania invadió. Es la primera vez desde 1941 que un país extranjero entra en suelo ruso. Se trata de un problema estratégico para Rusia. Y también crea problemas operativos para Rusia a través de las líneas logísticas que pasan por Kursk», respondió Bauer en una entrevista con el digital ucraniano European Pravda.
Sobre el curso de la guerra, el presidente del Comité Militar de la OTAN dijo que ambos bandos arrastran los mismos problemas, en particular de personal, el problema de la formación de nuevos reclutas y la búsqueda de nuevas capacidades y municiones. Y pronosticó que «cuando llegue el momento los rusos intentarán la ofensiva y Ucrania considerará la contraofensiva».
