Tras el paso de la COVID-19 por España, de nuevo, cinco años después desde que apareciese esta pandemia, otra enfermedad vírica ha puesto en jaque la estabilidad sanitaria de los españoles. Las alarmas saltaron cuando el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) lanzó, el pasado 5 junio, una alerta sanitaria europea indicando el “inusual aumento” de este nuevo virus provocado por el parvovirus B19 en 14 países de la Unión Europea. No obstante, en España, ha sido el Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra (ISPLN) el que ha alertado a la población de un aumento en la circulación del ‘virus de la bofetada’ gracias a pacientes con diversos síntomas.
El informe emitido por la entidad sanitaria señala que durante la semana del 27 de mayo al 2 de junio se detectó un repunte en uno de los síntomas más comunes: el eritema intenso en las mejillas. Además, el documento epidemiológico señalaba también que, por el momento, la mayoría de los casos diagnosticados son leves y asintomáticos, por lo que no debería ser motivo de preocupación. Por su parte, desde la ISPLN han explicado que uno de los principales focos de infección de este ‘virus de la bofetada’ son los centros escolares y colectividades infantiles, donde se pueden crear brotes con mayor facilidad.
Síntomas del ‘virus de la bofetada’
Según señala el medio ’20 minutos’, el ‘virus de la bofetada’ puede llegar a afectar a toda la población, pero sobre todo a los niños. De hecho, según la Escuela de Salud del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, los primeros síntomas de la enfermedad se pueden llegar a confundir con un simple resfriado: fiebre, síntomas catarrales, malestar general y dolor de músculos y articulaciones.
“Al cabo de pocos días, a estos síntomas se une la aparición de una erupción de color rojo intenso en la piel que comienza en las mejillas y produce en el niño el aspecto de haber recibido una bofetada (aspecto de “niño abofeteado”). Posteriormente se extiende al resto del cuerpo, donde las manchas suelen ser de un color más tenue”, señalan desde el hospital catalán.
Además, apuntan que su modo de contagio más frecuente es por vía respiratoria, a través de gotas de saliva y de moco nasal, algo que acaba generando brotes en colegios, sobre todo en primavera y verano, que es cuando predominan los casos, ya que con el calor ambiental, el ejercicio físico o la exposición al sol, los síntomas pueden agudizarse.
¿Cómo prevenir el contagio?
La Dra. Isabel Vives, pediatra del Hospital Quirónsalud Barcelona señala que este año se está notando un aumento significativo de casos. “Este año hemos notado un notable aumento de casos. Aunque normalmente afecta en la primera infancia este año estamos viendo casos en niños un poco más mayores. Esto probablemente sea porque quedaron no inmunes y se han contagiado todos a la vez ahora”, señala la profesional.
Así, el Hospital Quirónsalud señala en su página web que el contagio se provoca al hablar, toser o estornudar mediante las gotitas de saliva que pueden emitirse, por lo que el niño contagiado puede transmitir la enfermedad durante la incubación, cuando apenas existe sintomatología o es muy difícil identificar los síntomas.
Sin embargo, no existe un tratamiento específico para prevenir el contagio, aunque algunas medidas para reducir el riesgo son el lavado de manos y las buenas prácticas al toser o estornudar (no toser en las manos, sino en el codo).
