BBVA, a la desesperada para recabar el apoyo de sus accionistas a la OPA sobre el Sabadell

BBVA, a la desesperada para recabar el apoyo de sus accionistas a la OPA sobre el Sabadell

La presión en el BBVA va en aumento a medida que se acerca una de las citas clave para desbrozar el camino de la OPA que ha lanzado para hacerse con Banco Sabadell, la junta extraordinaria de accionistas del próximo 5 de julio, convocada por su consejo de administración para aprobar una emisión de acciones con la que financiar la operación sobre su competidor.

La dirección de la entidad, con Carlos Torres a la cabeza, ha puesto en marcha en los últimos días una campaña para tratar de persuadir a toda costa a sus accionistas de que apoyen la ampliación. El banco ha dado orden a sus oficinas para que se pongan en contacto telefónico con aquellos clientes que sean titulares de acciones de BBVA y les convenzan para votar a favor de la ampliación de capital, según confirman a LA RAZÓN fuentes conocedoras del asunto, que recalcan la gran presión que está ejerciendo el banco sobre su red de oficinas para que convenzan a los accionistas.

En paralelo a esta acción, Torres, en un vídeo difundido esta semana por la entidad, ha instado también al conjunto de los accionistas del BBVA a participar en la junta y a que apoyen la ampliación de capital propuesta para seguir adelante con la OPA.

Vídeo de Torres

En el mensaje, Torres, que se juega buena parte de su credibilidad y probablemente de su futuro al frente de la entidad con la operación sobre el Sabadell, asegura que «la unión de ambas entidades reforzará nuestro posicionamiento y escala en el mercado español, y así conseguiremos una mayor eficiencia y rentabilidad».

El banquero destaca también que para los accionistas de BBVA, la fusión de ambas entidades supone una clara generación de valor, ya que, por un lado, formarán parte de un banco «más fuerte y competitivo» y, por otro, conseguirán elevar los retornos de la inversión con un limitado impacto en el ratio de capital. Todo ello, añade, se une a una «atractiva» política de remuneración al accionista por parte del BBVA, que supone repartir entre el 40% y el 50% del beneficio cada año. Además, Torres reitera la intención de distribuir cualquier exceso de capital por encima del 12%, lo que sigue dejando la puerta abierta a nuevos planes de recompra de acciones o incluso el pago de dividendos extraordinarios.

La ampliación de capital es clave para que la operación siga adelante porque BBVA la necesita para llevar a cabo el canje de acciones con Sabadell que ha propuesto para que la OPA prospere.

[[QUOTE:PULL|||La ampliación de capital es necesaria para afrontar el canje de acciones de la operación]]

El importe nominal máximo de la ampliación propuesto por la dirección de BBVA será de 551,9 millones de euros y se realizará con aportaciones no dinerarias, mediante la emisión y puesta en circulación de hasta 1.126 millones de acciones, de 0,49 euros de valor nominal cada una de ellas, de la misma clase y con los mismos derechos y obligaciones que las acciones de BBVA actualmente en circulación.

BBVA no está teniendo fácil la operación fundamentalmente porque nadie la quiere, excepto la propia entidad. El primero en rechazarla ha sido el propio Banco Sabadell, que ha asegurado que la oferta «infravalora significativamente» el proyecto de Sabadell y sus perspectivas de crecimiento como entidad independiente.

La negativa de la entidad que preside Josep Oliu ha convertido la OPA en hostil, lo que complica todavía más -por no tener el respaldo de la dirección del Sabadell de cara a sus accionistas- una operación a la que también se opone frontalmente el Gobierno.

El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha insistido en numerosas ocasiones en las últimas semanas que el Ejecutivo se opone a la operación por lo que supone de reducción de la competencia, sobre todo en Cataluña y la Comunidad Valenciana, donde están más implantadas ambas entidades. De hecho, Cuerpo ha advertido de que, si bien sobre la OPA no tiene poder alguno, sí lo tiene sobre una hipotética fusión. Y sobre eso tendría la última palabra.

Economía considera que de fructificar una unión entre BBVA y Sabadell, supondría un incremento en el nivel de concentración «que podría tener impacto negativo en el empleo y en la prestación de servicios financieros», y remite a las apreciaciones que también realizó el hasta ahora gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, en las que ha expuesto su recelo a una «excesiva» concentración bancaria. En esta misma línea, desde Economía aseguran que «un excesivo nivel de concentración introduciría un riesgo potencial adicional a la estabilidad financiera».

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