Begoña Gómez, el cisne negro

Begoña Gómez, el cisne negro

La inesperada llamada del juez Peinado a la mujer del presidente del Gobierno, con fecha y hora, a declarar como investigada por corrupción ha convertido a Begoña Gómez en el «cisne negro» de la campaña europea, que concluye oficialmente hoy. Esta vez la conmoción política, que ha encontrado amplio eco en la prensa internacional, ha sido más estruendosa que la noticia, en las últimas elecciones municipales, de la inclusión en las listas de Bildu de etarras condenados por delitos de sangre, que acabó siendo el «cisne negro» de aquella campaña. Es de lo que se ha quejado amargamente Pedro Sánchez, el atribulado marido, que ve un propósito político en la decisión del juez. En su segunda epístola a los españoles, cargada de fango y exabruptos contra la derecha, trata, sin embargo, de aprovecharse electoralmente de esa criticada decisión, explotando el victimismo y exhibiendo a su mujer en los mítines. Que el presidente siembre dudas –más que dudas– sobre la independencia judicial es mucho más grave y preocupante que los negocios de su mujer.

Acaso sea inoportuna, por su posible influencia en los votantes, esta cita judicial ahora, aunque el juez ha dado cumplidas explicaciones y merece un respeto por su demostrado valor. La reacción de la extrema izquierda en el poder, con el presidente Sánchez a la cabeza, verdadero incitador, en este caso, de la revuelta contra la Justicia, no difiere nada de la reacción de Trump ante los jueces que lo juzgan. Se supone que en Bruselas estarán tomando nota. La ofensiva contra la Justicia y la Prensa independiente no ha hecho más que empezar en España. Estamos ya en el «punto y aparte». El «caso de Begoña Gómez», mujer del presidente e inocente mientras no se demuestre lo contrario, ha sido el detonante de la ofensiva. El abuso populista del género epistolar por parte del presidente Sánchez, en vez de someterse abiertamente a las preguntas de los periodistas de todos los medios, es muy mal síntoma.

Habrá que ver la influencia callada del «cisne negro» de Begoña Gómez a la hora de meter la papeleta europea en la urna. A juzgar por las reacciones, la cita judicial perjudica a los socialistas y beneficia a los populares el domingo. Basta observar la serenidad de Feijóo y la crispación de Sánchez. No están tranquilas las aguas del lago en las que nada, solitario, el cisne, observado desde la orilla por mil miradas. La Moncloa anda revuelta. La gente comenta la afición epistolar de sus inquilinos: el presidente escribe cartas a los españoles y su mujer, cartas de recomendación.

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