Belén Esteban está haciendo mucho ruido esta semana. El
final de las Navidades para la colaboradora está siendo intenso y el regreso al
trabajo en ‘Ni que fuéramos Shhh’ de lo más movido. También para Jesulín de Ubrique,
su ex, quien ha estado en su boca en varias ocasiones, acrecentando la polémica
que arrastran desde hace décadas. Un culebrón que parece nunca llegar a su fin,
pero que mantiene al público expectante con nuevas y certeras pullas en formato
bomba. Así ha vuelto a suceder este jueves, cuando la estrella del programa
estaba hablando del desolador panorama que se observa en Los Ángeles, que está
siendo pasto de las llamas. Los incendios han devorado ya cientos de mansiones, muchas de ellas de estrellas de Hollywood valoradas en millones de euros.
También está en la zona Andrea Janeiro, hija de la polemista y el torero,
aunque tan solo ella parece haberse preocupado por la integridad de la joven,
como así le ha reprochado nuevamente en directo con contundencia.
La nueva hornada de reproches se ha comenzado a cocinarse a
fuego lento, al tratarse en ‘Ni que fuéramos Shhh’ el nuevo trabajo de Julia Janeiro como maquilladora de lujo. Aunque desde LA RAZÓN ya se hablase hace más de un mes de esta labor en la que se emplea la hija de Jesulín de Ubrique y María José Campanario, ahora vuelve a estar de actualidad. Sobre esto, jaleada
por sus compañeros para hablar, finalmente Belén Esteban comenzó a hablar: “Yo
doy la enhorabuena a Julia, pero claro, también hay otra persona que no le ha
dado la enhorabuena ni Dios. Por supuesto, a la niña le deseo lo mejor y no
tengo nada más que decir, porque será lo mejor”. Estaba calentita y prefirió
morderse la lengua, aunque le cuesta. Pero ya no pudo aguantar más cuando se
desvió la atención a su hija Andrea, fijándose en el hecho de que la ciudad en
la que vive, Los Ángeles, está ahora amenazada por el fuego.
“Su tía sí se ha preocupado”, ha desvelado Belén Esteban
para dejar claro que Jesulín de Ubrique no ha tenido la consideración de
llamarla para saber si su vida corre peligro o si se encuentra bien. Tampoco el
resto de la familia. Ahí es cuando Kiko Hernández, en su papel más
controvertido, quiso hurgar en la herida: “A mí me parece grave lo de Los
Ángeles, pero que llegue Navidad y ni una felicitación a tu hija…”, le ayudaba
a su amiga a entrar en efervescencia, algo que no era muy difícil: “Yo no
quiero hablar, porque no me deja. Ella lo sufre, lo que pasa que ya está bien.
No sabe ni dónde vive, no sabe nada. Su abuela y su tía sí. Ni el día de su
cumpleaños la felicitó”, sentencia Belén muy dolida.
Pero Belén Esteban vive con orgullo cada paso que da su hija
Andrea, aunque se entristece de que Jesulín de Ubrique se esté perdiendo estos
momentos. Sabe que el tiempo le pasará factura y será demasiado tarde, aunque
así, deja claro que la decisión de su hija de ser anónima es inamovible y que
ella, como madre, piensa respetarla: “Anónima en todo, en redes sociales
también. Y no voy a hablar más. La culpa no la tiene nadie, la tienes tú. Siete
años, desde los 18 años que ibas a hablar. No vives en Groenlandia, de Ubrique
a Sevilla hay poco, pero qué te voy a decir. No quiero hablar, porque estoy muy
calentita”, se censura a sí misma. No quiere ahondar en lo negativo, que es
mucho, pero prefiere destacar quién de la familia Janeiro sí que ha estado a la
altura de las circunstancias, aunque sea a la sombra: “Solamente tengo que
agradecer a su tía y a su abuela que son las que se preocupan de ella y, por
supuesto, a la familia de su madre. No le hace falta nadie más. Hijos son
todos, no hay de primera y de tercera y la mía no lo es ni lo va a ser nunca.
No quiero halar más, porque me voy a calentar y luego ella me regaña. Hay padres,
padrecitos y padrazos”, sentencia, antes de salir del plató para fumar y calmar
sus nervios, aceptando la invitación del director, David Valldeperas.