Bélgica inicia el proceso de formación de un nuevo Gobierno tras la dimisión del primer ministro De Croo

Bélgica inicia el proceso de formación de un nuevo Gobierno tras la dimisión del primer ministro De Croo

El superdomingo electoral belga se ha saldado con todo un terremoto en el país. Los ciudadanos no sólo acudieron a las urnas para elegir a los componentes del hemiciclo europeo sino también a los ejecutivos regionales y el Gobierno federal. Los malos resultados del partido del primer ministro, Alexander De Croo, llevaron a éste a presentar su dimisión. Tras anunciarlo durante el domingo al final de la jornada electoral, este lunes lo ha hecho oficialmente ante el Rey Felipe de los belgas quien comienza ahora los contactos con los diferentes partidos para formar gobierno.

La jornada de este domingo estuvo caracterizada por el caos. 240.000 jóvenes entre 16 y 17 años pudieron por primera vez participar en los comicios europeos, pero un error no se sabe si informático o de software les permitió votar en el resto de procesos electorales. Además, durante la tarde del domingo, unos sondeos erróneos daban como vencedor en Walonia, parte sur del país, a un partido de extrema izquierda, en lo que parecía una de las grandes sorpresas de la jornada. Si estas predicciones se hubiesen cumplido, la polarización en el país hubiese hecho imposible formar Gobierno.

Finalmente, con todo el voto escrutado, en Flandes el partido de la derecha flamenca Nueva Alianza resiste el empuje de la extrema derecha de Vlaams Belang mientras que en Walonia los liberales ganan los comicios por encima del partido socialista, que suele ser el ganador habitual en el sur del país. Tras conocerse los primeros resultados, el líder de Vlaams Belang, Tom Van Grieken, pidió a Nueva Alianza no “perder esta oportunidad histórica” de gobernar mediante una coalición en Flandes.

En 2019, las negociaciones se prorrogaron durante 493 días y los nacionalistas flamencos de Nueva Alianza quedaron fuera del Gobierno. No parece que esta vez vaya a suceder lo mismo a tenor de las declaraciones de su líder Bart De Weber. No se sabe si en el país se impondrá o no un cordón sanitario contra la extrema derecha. En los anteriores comicios, fue la primera vez que el monarca incluyo a Vlaams Belang dentro de los tradicionales contactos. De momento, De Weber tomará la iniciativa de la negociaciones para formar Ejecutivo en Flandes.

Bélgica es conocida por sus dificultades para formar gobierno. El Ejecutivo federal ha ido perdiendo competencias en las últimas décadas a favor de las regiones y no existen partidos de implantación nacional. Además, el gobierno debe estar compuesto del mismo número de ministros flamencos (norte del país, lengua neerlandesa) que valones (sur del país, francófonos). Por eso las coaliciones suelen ser de cuatro o cinco partidos y el primer ministro no suele coincidir con su pertenencia a la fuerza política más votada.

Aunque en la política belga nunca se sabe, en la prensa comienzan las primeras cábalas de una coalición de gobierno que podría aglutinar a cinco partidos diferentes y que se denominaría Arizona, por los colores de la bandera de este Estado. Con esta solución se obtendría la mayoría en los dos principales grupos lingüísticos, un reparto que el país no había vivido desde el primer gobierno presidido por Yves Leterme en 2008.

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