El equipo de campaña de Irene Montero no ha medido bien el efecto que podría tener entre su electorado más a la izquierda los elogios que dedica en un vídeo electoral a su paso por la concertada en las etapas de educación básica. Con un “Irene siempre dice que ella es como es por venir de una familia trabajadora y por los colegios en los que estudio”, el spot que viaja por su historia vital y presenta el lado más de la candidata repasa con exactitud los años escolares que pasó en dos centros concertados. El colegio Siglo XXII del madrileño barrio de Moratalaz y otro propiedad de la Fundación Hogar del Empleado (Fuhem) en el que hizo secundaria.
Sobre el colegio en el que cursó infantil y primaria, el primero, el vídeo recoge explica que “lo montó una cooperativa de madres y padres que apostaban por la educación por proyectos, una manera de enseñar que fomenta que los niños aprendan a investigar”. Respecto al que fue su segundo lugar de formación, el Montserrat, se destaca que lo creó una “organización independiente, sin ánimo de lucro” y ensalzan que “promueve, a través de la educación, la justicia social, la profundización de la democracia y la sostenibilidad ambiental”.
Las miradas escépticas y críticas de referentes intelectuales y simpatizantes de la izquierda más allá del PSOE no han tardado en surgir a borbotones en las redes sociales. Principalmente, por las implicaciones negativas que tiene para el discurso tradicional de la izquierda a favor de la abolición de la educación concertada.
El historiador César Rendueles se ha mostrado en un tuit impresionado por el “diagnostico implícito” que este relato entraña: “El equipo de comunicación de un partido con una fuerte identidad izquierdista considera que elogiar la educación concertada no les penaliza electoralmente. El problema es que seguramente tienen razón”. La filósofa Carolina Del Olmo también mostró su sorpresa en una publicación. “Pero, pero, ¿y el momento promo de escuela concertada del vídeo de Irene Montero? ¿Estamos locos?”, señaló la autora especializada en sociología de la maternidad.
Una sucesión de reflexiones que ven un “blanqueamiento” del modelo educativo a medio camino entre lo privado y lo público. Entre ellas, la de la periodista Begoña Gómez Urzaiz, que recordaba que “la concertada progre es concertada” y que “si tu partido está supuestamente a dos veces a la izquierda del psoe igual a tu electorado le moviliza la defensa de la educación pública”. También la investigadora en educación Ani Pérez ve en esa parte del vídeo “la ideología de la clase media radical, con su elitismo, su pasión por las escuelas privadas si son progres”.
Un resbalón en la estrategia comunicativa de Irene Montero como candidata al Parlamento Europeo que han tratado de presentar como la oportunidad de resarcirla tras su salida del Gobierno y de la política nacional por decisión de Sumar y en consonancia con el PSOE. Pero también como “la cajera de supermercado” que llegó a ocupar un asiento en el Consejo de Ministros, tras un fuerte activismo en las juventudes del PCE y en la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), su “escuela política”. Una muestra, como reivindican, de que “la democracia es que los hijos de la clase trabajadora puedan ocupar los puestos que estaban reservados a los hijos de los que siempre mandaron”.
