Crítica de “Verano en diciembre”: aquellas mujercitas ★★★ 1/2

Crítica de “Verano en diciembre”: aquellas mujercitas ★★★ 1/2

Esta es una película realizada y escrita por una mujer, protagonizada por mujeres, mujeres fuertes (aunque alguna de ella no lo sepa todavía) y dirigida a un público formado por hombres y mujeres para que todos sepan algo más sobre las relaciones humanas, sobre las tragicomedias de puertas adentro, sobre personas que deciden no vivir una existencia propia, siempre queriendo cuidar a alguien, siempre queriendo los mejores plátanos para sus cuatro niñas, siempre como una olla a presión a punto de explotar.

Porque casi todas están marcadas, al cabo, por una presencia o una ausencia masculina: Teresa (Carmen Machi, qué decir de ella a estas alturas) sigue llorando la reciente muerte del marido mientras su hija pequeña se ocupa de la abuela, de la suegra nonagenaria y senil de Teresa, que por nada del mundo piensa ingresar en una residencia de ancianos. En cuanto a las otras tres jóvenes, una se ha marchado a Buenos Aires, desde donde las añora (aunque allí reside tan ricamente con un novio argentino guapo; a veces la distancia engorda los cariños y la nostalgia); otra presume de una existencia frívola, juega al fútbol todas las semanas y, aunque delgada como un palo, decide ponerse otra vez a dieta; y la cuarta, pintora, acaba liándose con el tipo equivocado cansada de un novio «demasiado bueno conmigo».

Hay reuniones en casa de Teresa, algunas, bastantes, muy tirantes, porque las personalidades de estas jóvenes, la cuidadora abnegada que sufre ataques de ansiedad, la artista rebelde, la alocada deportista y la que solo aparece por videoconferencia, acaban siempre chocando por mucho que se quieran. Y hay en el filme también instantes divertidos (un par de ellos coprotagonizados por Antonio Resines, que interpreta a un sacerdote al que le queman el jersey y que acaba encogiendo otro en la lavadora) y momentos, sobre todo hacia el final, muy emotivos, como cuando las hijas se confiesan sus secretos y rememoran la coreografía de un número musical que inventaron de pequeñas. Por cierto, qué bien ha hecho bailar siempre a las niñas el cine español. Y hay, también, un amor por encima de las diferencias, de los gritos y las borracheras que no vienen a cuento. Eso es una familia. Sobre todo, en Navidad.

Lo mejor:

Su espléndido plantel de actrices que lidera una Carmen Machi siempre emocionante

Lo peor:

Quizá echamos en falta una mayor profundización en los personajes masculinos

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