Las trabajadoras de las residencias de mayores privadas de Galicia trabajan en “condiciones de precariedad”. Así lo han denunciado un grupo de delegadas de la Confederación Intersindical Galega (CIG) en la comarca de Ferrol (A Coruña), que esta Navidad entregaron su particular “carta de deseos para los Reyes Magos” a las direcciones de los centros de mayores DomusVi Ferrol, DomusVi Laraxe, DomusVi Narón y Mensajeros de la Paz-Residencia de mayores Mi Casa, a las que acusan de tener el personal “esclavizado” por salarios “indignos” que no permiten llegar el fin de mes.
Esta acción reivindicativa, que tuvo lugar el 3 de enero, consistió en la entrega de escritos en los que se denuncian importantes deficiencias en las residencias de mayores que pueden poner en riesgo la salud de las personas usuarias. En concreto, la CIG señala incumplimientos de la legislación que garantiza la atención de las personas ingresadas, especialmente, en cuanto a los ratios de personal con respecto a las personas usuarias.
Como ejemplo, citan el hecho de que para atender la 47 personas usuarias grandes dependientes “hay cuatro gerocultoras (o cinco en el mejor de los casos), que se tienen que encargar de asear, vestir, levantar y dar el desayuno en apenas dos horas”.
Además, señalan que el departamento de limpieza no da a basto, ya que en una residencia con 135 personas usuarias cuentan con cuatro trabajadoras en el servicio de limpieza en el turno de mañana y dos en la de tarde. “También podría hablar de cómo desarrollan su trabajo otros departamentos como cocina, recepción o lavandería, en condiciones igual de lamentables“, se puede leer en la carta.
Eso teniendo en cuenta que, tal y como explican, se trata de “centros VIP” o de “primera clase, como las propias direcciones los denominan”, en los que “las personas residentes pagan una media de 2.500 euros al mes por un cuarto compartido“.
El precio “contrasta con cómo se trata a un personal que ni tan siquiera puede enfermar porque es penalizado salarialmente”, denuncian en la carta. Esto “hace que tengamos que ir a trabajar enfermas, con el riesgo que esto supone para nuestra salud y para la de las personas usuarias”.
La CIG señala que “mientras, las grandes empresas trasnacionales controladas por fondos de inversión que controlan el sector [las residencias de mayores] siguen obteniendo beneficios, hasta el punto de que los siete grandes grupos ingresaron 1664 millones de euros” anuales.
“Pero poco o nada les importan las personas mayores, que no son más que números que engordan a sus cuentas”, subrayan. Sin embargo, “a nosotros que estamos en su día a día se nos parte el alma al ver cómo se están deteriorando los cuidados que les prestamos”.
Al mismo tiempo, en el escrito (que también dirigen a la consejería) citan una problemática que se está agravando en los últimos tiempos, y que tiene que ver con la transformación de los centros de mayores en psiquiátricos, ya que “en el último año, 3 de cada 10 nuevos ingresos fueron de personas menores de 65 años con graves problemas mentales“.
“¿Imagina usted un centro residencial, con personal poco o nada formado en estas patologías, sin instalaciones idóneas, sin farmacología apropiada, en los que se producen cada vez más agresiones tanto la personas trabajadoras como la usuarias?”, cuestiona CIG.
A esto suman que “a partir de ahora, la presencia de personal de enfermería no será obligatoria en todos los centros”. Con ello “pretenden que este trabajo sea asumido por la nueva figura de personal técnico avanzado, que no es mas que una TCAE asumiendo tareas que no le corresponden”.
Por eso, trasladan sus demandas para el año que comienza “con la esperanza de que no caigan en saco roto”. Sus reivindicaciones son “ser tratadas como profesionales, que lo somos y de las mejores” y no como “trabajadoras de tercera”. Para ello consideran “necesario” contar con un convenio colectivo que contemple unos “salarios dignos y unas condiciones laborales justas que nos permitan vivir de nuestro trabajo” y “poder desarrollar sus funciones con la dignidad y el tiempo que los mayores merecen y precisan”.