“Son jóvenes, a veces menores de edad, sin educación ni perspectivas de futuro, y muchos intentan huir de su país hacia Ceuta y, de allí, hacia Europa. Sólo se enfrentan a los servicios de seguridad que intentan impedirlo. En realidad, el mal es mucho más profundo y el enfoque de seguridad es sólo la última defensa cuando todas las demás han fracasado, ante la incomprensible indiferencia de un gobierno que siempre prefiere mirar hacia otra parte”.
El comentario encabeza un artículo publica en el influyente digital Le360, que algunos sitúan cerca de las máximas esferas de poder, y que supone una durísima crítica a la política del actual ejecutivo.
“Hay que decirlo: lo ocurrido este fin de semana en el paso entre Castillejos y Ceuta es muy grave. En contra de la marcha del país hacia la prosperidad compartida, cientos de menores y jóvenes vinieron a recordarnos que el camino que conduce hasta allí aún es largo. Muy largo”, agrega.
Sobre la motivación de los jóvenes que intentaban entrar en Ceuta, señala: “la ausencia de perspectivas de futuro. Muy jóvenes, estos candidatos son sólo una muestra de los llamados NINIS (sin empleo, formación o educación). No es raro toparnos con ellos en las esquinas de nuestras ciudades, grandes y pequeñas, deambulando durante el día o al anochecer. Su único objetivo: escapar de una vida cotidiana dolorosa, donde el tiempo se prolonga”.
“Para aquellos que se lo perdieron, –subraya– Aziz Akhannouch (presidente del Gobierno) y compañía estuvieron haciendo gárgaras este mismo fin de semana con discursos satisfechos antes, durante y al margen de la 5ª edición de la Universidad Juvenil del Rally Nacional de Independientes (RNI). ¿Unas palabras sobre los acontecimientos? No. ¿Una estrategia para iniciar un rescate de esta misma “juventud”? Tendremos que volver. ¿Un discurso de verdad sobre la situación social de un país que todavía alberga a 1,5 millones de estos mismos ninis, candidatos ideales para el cruce Castillejos-Ceuta? Para Akhannouch, los ninis ni siquiera existen”.
“Al igual que el desempleo endémico que azota a un país donde el sector informal, a pesar de ser el principal empleador, es considerado por el gobierno como un factor marginal. Olvida que son precisamente estos millones de jóvenes que operan al margen de cualquier estrategia gubernamental, de cualquier interés de nuestros funcionarios electos, jóvenes y mayores, los que hoy intentan lo imposible”.
“El Jefe de Gobierno, que se supone que se enfrenta a una verdadera vergüenza nacional, al desempleo o incluso a una falta total de perspectivas, prefiere no ver a estos ejércitos de jóvenes desesperados. Y cuidado con aquellos, incluidas las instituciones constitucionales, que se atreverían a hacer sonar la alarma y despertar al gobierno de su suave letargo”.
“Frente a los problemas reales, el ejecutivo tiene otra preferencia: una inteligente mezcla de política de avestruz. Para las crisis, el remedio es la firmeza y la venganza silenciosa. De lo contrario, qué mejor que esperar una iniciativa real para, inmediatamente después, poner la tapa de su lado. En el trabajo, el equipo real, el equipo de Akhannouch prefiere fingir, mientras busca cada oportunidad para aprovechar al máximo la de los demás”, concluye.