El ADN sirvió para identificar al padre de Florencio en la fosa común más grande de Madrid: “No tenía manos, pero aún tenía lengua”

El ADN sirvió para identificar al padre de Florencio en la fosa común más grande de Madrid: “No tenía manos, pero aún tenía lengua”

Cuando Florencio Elipe Sánchez supo que iba a ser fusilado por haber luchado en el bando republicano en la Guerra Civil española, le pidió a su hermano Victoriano, también condenado a muerte en un juicio franquista, que le ayudara a escribir una carta para despedirse. Florencio no podía escribir, porque en 1938, en una batalla en Alcañiz (Teruel) la explosión de un obús le había volado las dos manos. En la celda le dictó un adiós para su hijo de 16 meses al que no vería crecer. En un papelito, con un bolígrafo de tinta azul y con una letra menuda y delicada, Victoriano escribió el inicio de la carta: “Queridos todos, os pongo en conocimiento de que el día 13 a las dos de la mañana sacaron para fusilar a nuestro querido hermano Florencio. […] Lo mismo en breve iré yo. […] Ha sido la justicia de Franco la que nos ha matado”.

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