En Pozanco (Ávila, 56 habitantes), 36 vecinos fueron a votar este domingo en las elecciones europeas. Las papeletas se repartieron así: 15 para el PP, 14 para Se Acabó La Fiesta (SALF) y seis para Vox. Ningún sufragio para la izquierda. Sin barómetros electorales que analicen la tendencia ideológica del pueblo, se pulsa fácilmente en el centro social habilitado por el Ayuntamiento, a falta de ningún bar operativo. Allí se juntan los jóvenes —o sea, los menores de 50 años— y debaten sobre política, fútbol, campo o la vida en general. El alcalde, Emilio Jorge (PP), de 51, explica que entre esas paredes se cocinó el apoyo al ultraderechista reaccionario Alvise Pérez: “Se juntaron todos en el bar, dijeron de votar a este, y todos a una”. El perfil común, señala el regidor, el de adeptos a Vox decepcionados con las promesas de un supuesto cambio no vislumbrado: “Alvise dice lo que la gente quiere oír, estoy muy cansado de ese discurso”
El alcalde de Pozanco (Ávila), donde Alvise barre a Vox y casi empata con el PP: “Se juntaron en el bar, dijeron de votar a este y todos a una”
