Sobre el papel, el sector energético en España es un avispero que bulle de actividad. Más de 500 empresas registradas entre comercializadoras, generadoras y distribuidoras compiten en una actividad tan compleja como rentable. En la realidad, el negocio de la energía está dominado —y controlado— por un puñado de grandes compañías con intereses en el negocio eléctrico, petrolero y gasista, dueñas de las centrales nucleares (20% de la electricidad) y que han sabido adaptarse a la apuesta por las renovables.
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