El tétanos es un problema de salud pública grave entre las personas con infecciones en las heridas y entre las poblaciones no vacunadas. La enfermedad la provoca la bacteria «Clostridium tetani» que crece en ausencia de oxígeno. Por ejemplo, en heridas sucias o lesiones por aplastamiento.
La bacteria produce una toxina (tetanospasmina) que puede causar graves complicaciones y que se manifiestan clínicamente con un cuadro de rigidez muscular generalizada que puede conducir a la muerte, dado que produce la parálisis del diafragma.
Por eso se han activado las alarmas ante la posibilidad de que la tragedia de Valencia pueda desatar una epidemia de casos de una enfermedad que en España casi teníamos olvidada.
Diez casos al año
Las elevadas coberturas de vacunación, superiores al 90%, son la razón por la que, desde 2010, se notifican alrededor de 10 casos al año en nuestro país, fundamentalmente en adultos, según los datos del Ministerio de Sanidad.
Sin embargo, en mayores de 60 años las coberturas son mucho más bajas, ya que no se vacunaron de niños.
La vacuna –incluida en el calendario vacunal desde finales de los años 60– está basada en el toxoide tetánico (TT), una neurotoxina modificada que induce protección clínicamente eficaz.
La pauta vacunal recomendada por el Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (AEP) para la infancia consiste en la administración de TT (en preparados combinados) a los 2 y 4 meses, con dosis de refuerzo a los 11-12 meses, 6 años y a los 12-18 años.
Posteriormente no es necesario administrar nuevas dosis de recuerdo hasta los 60-65 años.
Vacunados, pero sin refuerzo
Y aquí está la clave, ya que las dosis de recuerdo son las que aseguran un mantenimiento de la inmunidad a largo plazo. Sin embargo, ningún informe recoge qué porcentaje de personas en España han cumplido la pauta completa recomendada, pero con toda seguridad es mucho menor que el de la primovacunación.
Por ello, el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, instó el lunes a los vecinos de las zonas afectadas por la DANA y a los voluntarios a vacunarse contra el tétanos en caso de sufrir «alguna herida o sangrar en las labores de reconstrucción».
También aseguró que, como medida de precaución, están vacunando a todo aquel que va con heridas a los centros de salud y hospitales, y explicó que «el Consell ha solicitado al Gobierno los mejores expertos para valorar el riesgo epidemiológico» que se abre tras el temporal.
Por su parte, la ministra de Sanidad, Mónica García, comunicó el domingo que está manteniendo reuniones diarias con la Consejería de Sanidad y trabajando con todos los equipos para abordar la vigilancia, prevención y control de los riesgos en salud pública así como elaborando los protocolos necesarios para la detección y el diagnóstico precoz.
A nivel europeo, la ministra explicó que están en contacto con la OMS Europa para apoyarse en expertos en inundaciones en el campo de la salud pública.
EPIs para todos
Pero, mientras llegan todas estas valoraciones e informes, miles de personas siguen trabajando sin descanso en las tareas de limpieza, muchos con sus propios equipos de protección, por lo que Mazón aseguró que «ante el posible riesgo epidemiológico por el contacto directo con el lodo y las zonas especialmente húmedas hemos desplazado material EPI a las personas que están en esos puntos, con mascarillas y guantes».
Desde Sanidad, el pasado sábado se emitieron unas recomendaciones para asegurar la protección de la población y los voluntarios. «Es fundamental seguir todas las medidas preventivas en la limpieza, alimentación y gestión de residuos». «Usa ropa de manga larga, mascarilla, protector ocular y guantes, y lavarse las manos con frecuencia para evitar la exposición a microorganismos patógenos o la inhalación de gases tóxicos».
Distintas sociedades científicas de especialistas han transmitido también sus propias recomendaciones para completar las de las autoridades sanitarias, como que niños, mayores, embarazadas y personas con enfermedades crónicas eviten realizar tareas de limpieza en áreas inundadas o que los voluntarios comprueben su calendario de vacunación y reciban inmunización frente a la gripe, covid, hepatitis A y fiebre tifoidea si lo requieren.
La Asociación Española de Vacunología (AEV), por su parte, apeló ayer a la «prudencia» en relación con el posible riesgo de epidemias en las zonas afectadas, al tiempo que recordó que «la inmensa mayoría de la población joven está correctamente vacunada contra el tétanos y las precauciones deberían extremarse entre personas de mayor edad».