La noticia de que el Ministerio del Interior ha formalizado la adjudicación a una empresa israelí de un contrato de 6,6 millones de euros por 15 millones de balas para la Guardia Civil, adelantada por la Cadena SER, ha desatado una tormenta sin precedentes entre el PSOE y Sumar. Es probable que la irritación del socio minoritario del Gobierno no hubiera sido tan aguda si el día anterior no hubiese tenido que tragar con un plan para aumentar en 10.471 millones de euros el gasto militar y llegar al 2% del PIB este mismo año. Podemos, que disputa a sus antiguos compañeros de candidatura el voto a la izquierda del Partido Socialista, ha olido sangre y se ha lanzado a degüello. En el caso de las balas se mezcla, además, la participación de Israel, cuyo Ejército ejecuta desde hace año y medio, ante la pasividad del mundo, una masacre indiscriminada en Gaza que se ha cobrado ya más de 51.000 vidas, en su mayoría mujeres y niños.
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