Era un secreto a voces para el que todos los partidos de Irlanda llevaban semanas preparándose. El primer ministro, Simon Harris (Taoiseach, el término celta con que se denomina el cargo), ha confirmado su intención de adelantar las elecciones generales al 29 de noviembre. El líder del Fine Gael (social liberal), que comparte coalición de gobierno con el partido rival conservador Fianna Fáil ha esperado a la aprobación de unos presupuestos que pretenden ser generosos tanto en alivio fiscal como en inversión pública, para acelerar una convocatoria a las urnas que debía celebrarse en marzo del año que viene.
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