El Govern de Salvador Illa priorizá en su intervención en política lingüística la potenciación del uso social del catalán, así como su oferta audiovisual y digital y sin olvidar el aranés y la lengua de signos catalana. Así se recoge en los acuerdos suscritos esta mañana en el Consell Executiu y expuestos por la portavoz, Sílvia Paneque, que ha explicado que se ha elaborado un informe para conocer el «diagnóstico» de la situación lingüística de partida y establecer las líneas de intervención del Govern a partir de ahora.
Paneque señaló que el marco de la política lingüística para este Govern «es el Pacto Nacional por la Lengua» porque tiene «un gran consenso» entre la mayoría de fuerzas catalanas. Respecto al uso social del catalán y su «estado de salud», la portavoz del Govern afirmó que «han detectado elementos de recorrido de mejora en los distintos ámbitos, desde el social, al laboral, el digital o el educativo». A propósito del catalán en la escuela, Paneque no quiso hacer «valoraciones» hasta que el Tribunal Constitucional resuelva el recurso pendiente sobre las horas y clases de catalán y castellano.
Para el Govern, añadió la portavoz, es especialmente relevante poner el foco en el catalán en los medios audiovisuales y digitales, de gran uso entre los más jóvenes. En el informe, que literalmente evalúa la “situación del catalán, el occitano-aranés y la lengua de signos catalana» y «las principales líneas de intervención en política lingüística durante la legislatura», destaca que el catalán es una lengua europea con más de 10 millones de hablantes, situándose en una «posición similar o superior a otras lenguas como el danés, el finlandés o el eslovaco».
Para hacer frente a estos desafíos, el documento detalla cinco grandes objetivos que también incluyen «garantizar el catalán como la lengua de uso normal de las instituciones del país, incentivar el compromiso con la lengua para generar acuerdos, extender actitudes positivas e implantar hábitos de uso favorables al catalán, garantizando los recursos humanos y materiales necesarios para asegurar el éxito de estas políticas».
Sobre el aranés, el texto reconoce la situación «complicada» de este dialecto del occitano hablado en el valle de Arán debido a su demografía reducida y los problemas de estandarización, y asimismo propone intensificar la colaboración con el Conselh Generau d’Aran, el órgano de gobierno «autónomo» de la comarca, para garantizar la normalización del uso del aranés en ámbitos como la enseñanza, la administración y los medios de comunicación. Respecto a la lengua de signos catalana, se prioriza la mejora del alcance y las herramientas de formación, enmarcándolas en los niveles del Marco Europeo en la docencia como en la acreditación.