El izquierdista Andreas Babler pretende devolver a la socialdemocracia al poder en Austria

El izquierdista Andreas Babler pretende devolver a la socialdemocracia al poder en Austria

El izquierdista Andreas Babler, líder del Partido Socialdemócrata (SPÖ) desde 2023, afronta el desafío de devolver al poder a su formación en las elecciones de este domingo, aunque las encuestas lo sitúan sólo en el tercer lugar.

El alcalde de Traiskirchen, una ciudad de 20.000 habitantes al sur de Viena, se impuso el año pasado en las primarias del SPÖ para suceder al frente del partido a Pamela Rendi-Wagner, ahora directora general del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC).

Nacido en 1973 en una humilde familia obrera al sur de Viena, Babler empezó muy joven su activismo político en el SPÖ, con su primer cargo relevante a partir de 1996 como secretario regional de las Juventudes Socialistas, desde donde llegó a los pocos años a la secretaría federal del partido.

El líder socialdemócrata no terminó ni la escuela secundaria ni su formación profesional como ingeniero mecánico, aunque más adelante, ya como político, hizo un curso universitario sobre comunicación política.

Antes de ser alcalde de Traiskirchen, a partir de 2014, trabajó como obrero industrial, soldado profesional y al final en una empresa local de aguas minerales como empleado técnico.

Desde Traiskirchen, localidad conocida en toda Austria por albergar el principal centro de acogida de solicitantes de asilo, Babler fue en la última década la voz más escuchada del ala izquierdista del SPÖ.

Pese al gran número de llegadas de refugiados a Austria, que en su mayoría pasan por Traiskirchen, Babler logró en las elecciones municipales de 2015 y 2020 mayorías por encima del 71%, con un programa de brazos abiertos a los inmigrantes, algo insólito en un país donde los efectos de la inmigración dominan la política.

Gracias a su propia biografía obrera, Babler se presenta como un hombre cercano al pueblo, que disfruta del contacto con los electores, ante los que suele dar acalorados discursos.

En el centro de su programa está introducir un impuesto sobre los grandes patrimonios y sobre las herencias, además defiende recortar la jornada laboral y la intervención del Estado en los mercados en caso de necesidad.

Además, a diferencia de sus dos grandes rivales, el democristiano Partido Popular (ÖVP) y el ultraderechista FPÖ, Babler aboga por un trato más humano y menos restrictivo frente a los inmigrantes.

No obstante, cuenta en el seno de su formación con numerosos detractores, procedentes de la vieja guardia del partido, que al parecer desean ver fracasar al nuevo líder, denuncian desde el entorno más cercano del candidato.

Por eso, los analistas austríacos coinciden en que el líder del SPÖ necesitará un resultado electoral que pueda presentar como una “victoria”, o sea, el primer puesto o al menos el segundo, para poder mantenerse al frente del partido y para “limpiar” sus estructuras.

En las últimas encuestas, el SPÖ va sólo tercero, con una intención de voto del 20%, bastante alejado del 27% del FPÖ y también del ÖVP, con el 25%.

No obstante, Babler, quien está casado y es padre de una hija, hizo campaña hasta el último momento, con multitudinarios mítines y convencido de que el resultado en las urnas será diferente al de las encuestas y que su victoria aún es posible

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