Hasta las 17:00 del lunes 30 de septiembre, la sede de la Real Federación Hípica Española en la madrileña Calle del Monte Esquinza así como las ubicaciones previstas en Sevilla y Barcelona, recibirán a los electores que decidirán el nuevo presidente de la RFHE. Eso aquellos que no hayan emitido su voto por correo.
La convulsa situación que atraviesa la hípica española afronta una etapa decisiva. Los Juegos Olímpicos de París ya son historia y todos los implicados, a excepción del presidente y candidato Javier Revuelta, han hecho explícitas sus opiniones. Los directores técnicos de Salto ya no están ligados a la RFHE. Carolo López Quesada no ha dado un paso atrás y Alberto Honrubia se ha retractado al llegarle un burofax.
Hay quien piensa que lo mejor ante las elecciones es abstenerse y no votar, pero ahora es el momento de elegir el futuro de la hípica española. Y eso va más allá de la elección de Javier Revuelta o Ignacio Ridruejo. Se trata de decidir más allá de la presidencia. ¿Es interesante que esté en la RFHE una Beatriz Ferrer-Salat? Evidentemente porque su experiencia y currículum únicamente pueden aportar. Nombres como el de Beatriz, Elena Ceballos y Francisco en CCE o Guillermo Díez Delgado e Ismael García Roque en Salto necesitan el apoyo de sus compañeros con los votos para ser importantes.
Una vez se constituya la Asamblea cada candidato necesitará para poder presentarse oficialmente el aval de quince asambleístas y estos sólo pueden emitir un voto.
Y los problemas no dejan de sucederse. Los ha habido con el voto por correo, ya que algunas electores que lo habían solicitado no les ha llegado y están dispuestos a impugnar. Los ha habido por la recusación de dos estamentos. “La votación es un acto único”, declara Ignacio Ridruejo a LA RAZÓN. Y es que todo apunta a que las elecciones se alargarán más de lo inicialmente previsto, ya que según el calendario electoral, los electos el lunes 30 votarían al presidente el 31 de octubre.
Empleados actuales de la RFHE recolectan votos y la candidatura que lidera Ignacio Ridruejo basa su estrategia en querellas y recursos contra el gobierno actual. Dada la situación, el Tribunal Administrativo del Deporte podría llegar a parar las elecciones. “Esto se puede alargar de una manera incontrolable”, señala Ridruejo, al estar dos estamentos sin calendario.
El proceso electoral de la RFHE está siendo supervisado de cerca no sólo por las federaciones involucradas, también por el Consejo Superior de Deportes (CSD) y el TAD. Las acusaciones de falta de transparencia y deliberación en las reuniones de la Comisión Delegada han generado un clima de tensión entre los representantes, lo que podría desencadenar un proceso disciplinario que determine si se han vulnerado los estatutos de la federación.
