El primer ministro belga, Alexander De Croo, dimite tras los malos resultados electorales a nivel nacional

El primer ministro belga, Alexander De Croo, dimite tras los malos resultados electorales a nivel nacional

Bélgica ha vivido este domingo toda una superjornada electoral en la que los votantes del país no solo han depositado su papeleta en las urnas para elegir al próximo hemiciclo europeo sino al Gobierno federal y las regiones. Los resultados alojan a un país en el que en el pujante norte (Flandes, habla neerlandesa) se impone la derecha mientras que en el renqueante sur (Valonia, francófonos) gana terreno los liberales. La única parte del país bilingüe es la región de Bruselas.

El partido nacionalista de Nueva-Alianza Flamenca resistía como fuerza más votada a pesar del ascenso de Vlaams Belang, el partido de ultraderecha. Tras conocerse los primeros resultados, el líder de Vlaams Belang, Tom Van Grieken, ha pedido a Nueva Alianza no «perder esta oportunidad histórica» de gobernar mediante una coalición en Flandes.

En Valonia, la parte meridional del país, los votantes también se inclinaron hacia la derecha, y se prevé que el Movimiento Reformista (MR), liberal y francófono, se convierta en el partido más votado, con cerca del 32% de los sufragios francófonos. El centrista Les Engagés quedó en segundo lugar, según los resultados preliminares de alrededor de las 20.00 horas. Los resultados supusieron una conmoción para el Partido Socialista (PS), de centroizquierda, que ha liderado la región durante décadas.

La formación liberal del primer ministro Alexander De Croo ha encajado un duro varapalo en las urnas. Los liberales obtuvieron menos del 7% de los votos, muy por detrás de la extrema izquierda. El jefe de Gobierno felicitó «a los ganadores de estas elecciones, el N-VA, Vlaams Belang y Vooruit» y anunció su dimisión. «Para nosotros, esta es una noche particularmente difícil, hemos perdido. A partir de mañana, dimitiré como primer ministro. Pero los Liberales son fuertes, volveremos»

Además, entre 240.000 jóvenes entre 16 y 17 años han podido por primera vez participar en los comicios europeos, pero un error no se sabe si informático o de software les ha permitido trabajar en el resto de procesos electorales. En un país con un sistema político tan endiablado como el belga, en el que el Gobierno central ha perdido competencias a favor de las regiones en las últimas décadas, costará meses la formación del Ejecutivo federal.

A esto se une que no existen partidos de implantación nacional y que la Constitución del país obliga a que en la coalición de Gobierno haya representantes tanto flamencos como valones y que los ministros se repartan según reglas de estricta paridad. Entre los año 2010 y 2011, las negociaciones se extendieron 541 días.

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