El ajuste de cuentas en forma de libro firmado por Irene Montero no deja títere con cabeza, especialmente en su sector político. Entre los damnificados figura un antiguo «amigo», Enrique Santiago, el hombre de Yolanda Díaz y del PCE, al que la exministra de Igualdad le corta un buen traje. Las acusaciones, se augura en la extrema izquierda, no han hecho más que empezar. Pero lo que está claro es que hace mucho tiempo que se echó tierra sobre aquellos momentos en que Santiago le cedía la llave de su casa de Felgueres al dúo de Galapagar para veranear.