Moldavia es un país partido en dos. La presidenta del país, la prooccidental Maia Sandu, emergía en la noche del domingo como la casi segura ganadora de la segunda vuelta de unas elecciones reñidísimas. Con el 94% del voto escrutado, Sandu se adjudicaba el 51,3% de los votos, frente al 48,7% de su rival, el candidato apoyado por las formaciones prorrusas, Alenxadr Stoianoglo. De confirmarse este resultado, la presidenta habría logrado su objetivo de un nuevo mandato de cuatro años al frente de este país de Europa del Este.
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