En el centro de la ciudad es posible encontrar todo lo que necesitas para una desconexión sin precedentes. Desde el comienzo de su visita se refleja la apuesta cultural de Rosewood Villa Magna, con el espíritu único del Palacio de Anglada, incluyendo una extraordinaria colección de más de 380 obras de arte. Ejemplo de ello es la pieza a medida inspirada en la estética madrileña y la sastrería española, desde Balenciaga hasta Oteyza, situada en la recepción del hotel. También ahí vemos la inclinación madrileña con comercios como Alfaro, un clásico en Madrid desde 1926. «La ocupación supera el 85%. Ya ni el verano son meses tranquilos para Villa Magna», cuentan. Una declaración que no es ninguna sorpresa en un lugar donde cuidan todo hasta el mínimo detalle. Porque en el Villa Magna todo cuenta y su apuesta no es otra que el sobresaliente.
Entre sus servicios destacan el programa «Rosewood explorers», dedicado a los niños de entre 4 y 9 años; vehículo BMW de cortesía; el spa Sense, que ofrece sala de vapor, sauna finlandesa, zona de hidroterapia, jacuzzi y gimnasio 24 horas; además de un amplio abanico de masajes corporales y tratamientos faciales y capilares.
La finalidad de Rosewood Villa Magna se traduce en concentrar lo mejor de Madrid entre sus espacios con una amplia oferta gastronómica: Flor y Nata, Tarde.O, Las Brasas de Castellana y la joya de la corona: Amós, de Jesús Sánchez, el triestrellado que ha traído lo mejor de la costa cántabra a la capital. En Amós disponen de carta y menú degustación, que puede servirse en interior y en terraza durante la época estival. Imposible que pase desapercibida la acogida de Kevin Suárez, jefe de cocina, a quien hay que hacerle caso porque acierta; y también el que se encarga junto al resto del equipo que salgas con el estomago –pero también el alma– contento. Los panes excelentes, el esmero en unas anchoas que rozan la perfección y la merluza en salsa verde de algas, berberechos de la ría y hojas picantes
El hotel anticipa una agenda cargada de actividades, como una pista de hielo escondida en el Paseo de Castellana, la visita a una cabaña alpina con un menú gastronómico o cenas de gala.
Más opciones en Madrid
En el barrio de Chamberí se encuentra el Hotel Orfila, que para estar dentro de la familia de Relais & Châteaux confirma su exigencia por criterios como la sostenibilidad, oferta cultural o gastronomía de nivel. Por ejemplo, tras 25 años de vida, el hotel celebra unas jornadas de lectura llamadas «Amapolas en Orfila», un club organizado por la escritora y librera, Laura Riñón Sirera. Los próximos títulos son «La casa de la alegría», de Edith Wharton, y «El festín de Barbette», de Isak Dinesen». Entre sus experiencias, destaca el menú diseñado por el reconocido chef madrileño, Mario Sandoval.
En el barrio de Salesas se encuentra Urso, el que fue el primer hotel boutique 5* de Madrid. Su ubicación, entre Chamberí, Chueca y Tribunal, concentra la parte más vibrante de la ciudad, alrededor de mercados, tiendas y museos. Desde el Mercado Barceló preparan sus famosos brunch, disponibles para huéspedes y visitantes todos los fines de semana y festivos. Por otro lado, también se puede comer o cenar en el restaurante tradicional de Casa Felisa o merendar en el lobby con música de piano en directo.
Y si llegamos a Atocha nos encontramos con CoolRoms Palacio de Atocha, donde se da la mejor oportunidad para organizar el paseo que recorre los emblemáticos de la ciudad como el Palacio Real (con acceso a las Galerías Reales), La Almudena; o barrios como Lavapiés y Las Letras, con sus galerías de arte, tiendas de colecciones o cafeterías de especialidad.
Este palacio cuenta con un jardín secreto con una alberca, el bistrot «El patio de Atocha» que, además, incluye menú de mediodía y brunch los fines de semana.
Desde el hotel informan que cuentan con un calendario anual enfocado a distintos planes que conectan con la agenda madrileña, por ejemplo, próximamente llegará su «ciclo de paisaje de la luz» con talleres artesanos de artistas como Alexia Álvarez o Natalia Cerón.