¿Están los CIO y las empresas preparadas para la siguiente ola tecnológica?

¿Están los CIO y las empresas preparadas para la siguiente ola tecnológica?

Algunas veces vemos venir los cambios, pero otras, en cambio, nos sorprenden. De hecho, actualmente estamos viviendo una revolución silenciosa, tanto en la forma de gestionar y desplegar los activos informáticos existentes, como en la variedad de aplicaciones y herramientas que tenemos a nuestra disposición para liberar todo el potencial de la multicloud.

Si echamos la vista atrás, muchos de los grandes cambios del pasado exigieron importantes reajustes. Pensemos, por ejemplo, en las inversiones que hubo que hacer entre los 80 y los 90 con los sistemas cliente/servidor o, 20 años más tarde, con SaaS y la nube pública. Hoy, sin embargo, esta revolución silenciosa promete ser una transición casi perfecta, sin requerir los cambios y las inversiones de periodos anteriores. La mayoría de las personas, ajenas al mundo de las TI, ni siquiera se darán cuenta de lo que está ocurriendo y no harán falta muchas explicaciones para convencer de sus ventajas a los directivos de las empresas.

Y es que las posibilidades que nos ofrecen las nuevas tecnologías son enormes. Estamos hablando de una verdadera portabilidad de las cargas de trabajo, sin refactorización (de una nube a otra o de la nube a un entorno on-premise y viceversa). En términos más generales, se trata de poder ofrecer a los líderes empresariales el tipo de agilidad que siempre han querido de sus responsables de TI.

Pensemos en la gestión de contenedores, los modelos nativos cloud, el edge computing, la inteligencia artificial o las herramientas de orquestación. Ahora imaginemos además contar con una total escalabilidad y flexibilidad, para ser capaces de ejecutar lo que queramos donde queramos, moviendo sobre la marcha las aplicaciones y los servicios al lugar en el que ofrezcan el mejor rendimiento y el mayor valor. Estamos ante la mayoría de edad de la era híbrida multicloud, una etapa que ofrece la madurez y estandarización que requieren las empresas.

Hace unos años, la llegada de la hiperconvergencia ya permitió simplificar las infraestructuras y tener una mejor visión de los entornos de nube mixta. Se ofreció a los CIO una flexibilidad muy superior a la que tenían en ese mundo de “tres niveles”, en el que la informática, el almacenamiento y las redes eran capas diferentes.

Hoy, podemos ir incluso mucho más allá. Somos capaces de ofrecer un estándar unificado para gestionar las cargas de trabajo en contenedores, a través de un único plano de control y con servicios de gestión del ciclo de vida. También podemos ocultar la complejidad que implica la ejecución de docenas de elementos de software de código abierto. Y los problemas de interoperabilidad de los distintos sistemas de hardware ya no son un obstáculo.

En definitiva, contamos con las herramientas de gestión, la seguridad y las capacidades necesarias para trabajar con los datos que necesitan los CIO. Incluso podemos trasladar las cargas de trabajo de la IA generativa a la empresa para proteger la propiedad intelectual o mover aplicaciones de una nube pública a otra. No hay ninguna duda de que estamos en la nueva era de la multicloud híbrida y los CIO deberán adoptar rápidamente esta tecnología si quieren estar a la vanguardia de las TI.

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