Decir adiós siempre duele, más si es para siempre. A lo largo de nuestra vida tendremos que despedirnos de muchos familiares y amigos, en ocasiones hasta nos veremos obligados a hacernos cargo de los gastos que supone preparar un funeral. No es barato ni agradable, pero morirse en España puede costar más o menos dependiendo de la provincia, el sitio de entierro o la disposición o no de un nicho en propiedad.
En nuestro país un servicio funerario difícilmente baja de los 3.500 euros, de hecho, según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el precio medio de un entierro en España está en 3.700 euros, una cifra que puede aumentar en varios miles si se contrata algún servicio extra o dependiendo de la ciudad en la que tenga lugar la ceremonia, por ejemplo.
El féretro, lo más caro
De los servicios funerarios (flores, cremación, tanatorio, etc.), el apartado más caro es el féretro, ya que un modelo común cuesta, de media, unos 1.200 euros. Aunque el precio del cementerio (inhumación y tasas de alquiler) tampoco se queda atrás, pues puede suponer más de 660 euros de media, por lo que muchos optan por la incineración, una alternativa más económica de poco más de 600 euros de media.
Por el alquiler del tanatorio también hay que desembolsar una buena cantidad: 500 euros de media, a los que se le suman otros gastos como las esquelas, las flores (una corona mediana suele costar más de 100 euros), el coche fúnebre o la preparación del cuerpo pueden suponer un desajuste en nuestro presupuesto.
En sentido estricto, el precio final de un servicio funerario está compuesto en un 58% por los servicios funerarios; un 13% por el gasto en servicios complementarios; un 15% por los costes de inhumación o incineración; y un 15% por los impuestos indirectos, como el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), que desde el 2012 aplica el máximo del 21% en estos casos, hasta entonces era del 8%.
De este modo, España se ha convertido en el tercer país de la Unión Europea con el IVA más alto en lo que a servicios funerarios se refiere. Desde el sector reclaman una reducción del impuesto y piden tributar a un tipo reducido al ser un gasto inevitable. Aún así, los servicios funerarios facturaron unos 1.679 millones de euros en 2023, un incremento del 1,58% con respecto al año anterior según datos de Pasasef, a pesar de que el número de defunciones fue un 6% menor.
Optar por un seguro de decesos
Al ser un gasto importante, muchos ciudadanos optan por un seguro de decesos, pues quién lo tiene contratado exime de pago de servicios funerarios a sus familiares, a no ser que el coste final del sepelio supere el límite máximo del capital asegurado, por lo que hay que tener cuidado, por ejemplo, con las tasas adicionales del cementerio, que pueden suponer hasta 650 euros más.
Aunque hacerse un seguro de decesos tampoco es barato y en ocasiones puede salir hasta contraproducente, hay personas que prefieren liberar a sus herederos del coste del entierro, pero deben saber que existen distintas modalidades, como la variable (la prima que se abona es mayor a medida que se cumplen años y tiene un coste de 124 euros anuales de media), la mixta (se incrementa paralelamente a los años del asegurado, con un precio de 169 euros al año) y la constante, que cuesta 341 euros anuales.
Actualmente, casi la mitad de la población española (46%) tiene cubierto su sepelio, un porcentaje que aumenta con la edad, alcanzando una cota máxima del 61% a partir de los 70 años, siendo la provincia de Cádiz la que tiene un mayor volumen de asegurados y donde casi ocho de cada diez residentes ya lo tienen cubierto según datos del informe “Los seguros de decesos en España” elaborado por Estamos Seguros.