Poco se habla de Feliciano López y su guapura… ¡poco se habla! En la actualidad, tener una mandíbula bien definida se ha convertido en una de las principales metas de muchos hombres que buscan mejorar su apariencia. Un rostro con contornos marcados es símbolo de vitalidad y, en el caso de los hombres, la forma de la mandíbula es crucial junto con la ausencia de papada. Una mandíbula cuadrada, amplia y definida se considera atractiva y varonil, como lo evidencian otros guapos de renombre como Brad Pitt, Robert Pattinson, Mario Casas y Jon Kortajarena.
Estos hombres nos resultan atractivos por diversas razones, pero comparten en común la característica de tener una mandíbula bien definida. De acuerdo con especialistas en medicina estética, la tendencia actual es hacia la masculinización facial, y destacar esta parte del rostro es clave para lograr este efecto. Pero la mandíbula cuadrada, en plan superhéroe, ha dejado de ser privilegio genético de algunos, porque unos nacen con ella como el extenista y otros se la hacen.
La técnica Mewing
Durante los últimos meses se ha podido ver en Instagram o TikTok la presencia de vídeos virales que prometen eliminar para siempre la papada y remarcar la mandíbula con tan solo una práctica casera. La técnica «Mewing» consiste en realizar una serie de ejercicios presionando la lengua de forma constante contra el paladar con los labios cerrados para intentar redefinir el tercio inferior facial, marcación mandibular o intentar mejorar a nivel visual la zona de la papada. Esta técnica fue creada por el dentista británico John Mew en los años 70, de ahí su nombre.
Y la medicina estética ofrece una solución efectiva, accesible y duradera para cualquiera que quiera cuadrarse la mandíbula en plan Feliciano. Le llamamos «masculinización facial», por razones obvias, «armonización facial», cuando se hace en chicas y «mandíbula diamante», cuando se hace de manera extrema. Este último nombre no me gusta y los resultados son, para mi gusto, vulgares. Pero quién soy yo para decir lo que es feo o bonito. Se puede utilizar cualquier producto de relleno que aporte volumen y proyección. El tratamiento se realiza en una sola sesión con su posterior control a la semana o a los 15 días.
El precio puede ser por vial o por precio cerrado desde 600 a 1.800 euros. No se trata de un procedimiento especialmente doloroso, con un mínimo de inflamación y cero tiempo de recuperación. La duración puede variar pero, por lo general dura de 6 a 8 meses.
