“La vida no puede ser trabajar toda la semana e ir el sábado al supermercado”. Es lo que defendía el paleoantropólogo Juan Luis Arsuaga en una entrevista con El País en 2019, antes de que el coronavirus sacudiera el mundo. Cada vez son más los empleados que parecen estar de acuerdo con la afirmación, y especialmente tras la pandemia, según se desprende de tres estudios publicados recientemente.
España, décimo país con mejor equilibrio entre vida profesional y personal
España es el décimo país con mejor equilibrio entre vida profesional y personal, según el estudio anual Global life-work balance, elaborado por la consultora de recursos humanos Remote. Para la realización del mismo se tienen en cuenta diversos factores, entre ellos la media de horas trabajadas o el permiso por nacimiento, en los 60 países con el PIB más elevado del mundo. En esta edición, por primera vez, se ha incluido también el sistema de seguridad pública. España ha conseguido colocarse en el décimo puesto, con 70,60 puntos sobre los 100 posibles, por ofrecer 36 días de vacaciones anuales, incluyendo los festivos, así como por los altos índices de inclusividad laboral para el colectivo LGTBI+ y por seguridad pública.
A la cabeza de la clasificación, que se puede consultar en el gráfico superior, se encuentra Nueva Zelanda, con 80,76 puntos. Le siguen Irlanda, con 77,89, y Bélgica, con 73,45. “La modificación de la Ley de la Familia es el ejemplo de los pasos que se están llevando a cabo para crear un balance entre el trabajo y la familia en España. Sin duda se han hecho grandes mejoras para avanzar en la consecución de este objetivo. Además, vemos una tendencia común en las empresas, que es la de fomentar la conciliación con políticas internas más flexibles en cuanto a horarios, así como la posibilidad de trabajar en remoto. Por ello, vemos en España un gran potencial para seguir mejorando en la clasificación”, asegura Judith Planella.