Varios de los ocupantes de un cayuco que llegó a El Hierro el 2 de diciembre de 2023, con 56 personas a bordo, de las cuales dos eran menores, han declarado que los tres acusados de favorecer la inmigración irregular actuaron como patrones durante el trayecto. Como resultado, la Fiscalía ha solicitado cinco años de prisión para cada uno, mientras que las defensas piden su absolución.
Durante el juicio celebrado este martes en la Audiencia Provincial de Tenerife, los acusados afirmaron que en su país natal, Mali, trabajaban como mecánicos o comerciantes, y que no tenían conocimientos náuticos ni sabían lo que era un GPS.
La embarcación zarpó desde un lugar desconocido en la costa de Mauritania el 28 de noviembre y el viaje duró cinco días. Durante ese tiempo, no faltaron comida ni bebida, aunque los motores se detuvieron en tres ocasiones.
Los tres acusados, que siguen en prisión preventiva desde ese momento, han declarado que viajaron juntos en el centro del cayuco, por lo que no podían ver quién estaba al mando del timón. Además, aseguraron que cada uno se encargaba de su propia comida y que no recibieron órdenes ni amenazas de nadie.
Dos testigos, que formaron parte de la prueba preconstituida, los identificaron en una rueda de reconocimiento y afirmaron que uno de los acusados actuaba como el principal líder, estando al mando del timón la mayor parte del tiempo, excepto justo antes de llegar a la costa.
La Fiscalía recordó que, al llegar a la isla y en el tribunal, los acusados admitieron ser los patrones del cayuco, pero durante el juicio alegaron que no comprendieron las preguntas debido a las barreras idiomáticas o que ya no recordaban lo que habían declarado anteriormente.
El costo del viaje osciló entre 300 y 800 euros. Durante la vista, los acusados indicaron que pagaron esa cantidad, y uno de ellos comentó que era la cuarta vez que intentaba llegar a Europa pagando un monto similar, aunque ya había sido engañado anteriormente.
Desde Córdoba, dos migrantes testificaron que vieron a dos o tres personas con una bolsa colgada del cuello, que aparentemente contenía un teléfono móvil o un GPS, lo que hacía suponer que podrían ser los patrones del viaje. Uno de los migrantes declaró que abordó el barco en el último momento y que no había salvavidas, ni luces de posición, además de no poder precisar si se usó un GPS.
Al llegar a tierra, la policía nacional les mostró una serie de fotografías para identificar a los patrones. A partir de esta identificación, se formuló la acusación contra los tres procesados.
El responsable de esta sección detalló que se siguió el protocolo habitual en este tipo de casos, realizando entrevistas e identificaciones tanto a través de fotos como en ruedas de reconocimiento.
El cayuco, construido con fibra y madera, es el tipo de embarcación utilizado para la pesca costera. Con una eslora de doce metros y una manga de dos metros, estaba equipado con dos motores, los cuales, según la Fiscalía, resultaban “totalmente inapropiados” para realizar un viaje por alta mar.
La acusación pública ha sostenido que, “con su indispensable actividad”, los tres acusados contribuyeron de manera material a la entrada al territorio nacional, evitando el paso por un puesto fronterizo portuario autorizado.