La Comisión Europea ha cedido a las múltiples presiones, sobre todo de la derecha, pero no solo, y ha decidido proponer que se posponga un año la entrada en vigor de la pionera ley contra la deforestación mundial, según ha anunciado este miércoles. La decisión es otra señal más del retroceso de la agenda ambiental en la UE. Los Estados y el Parlamento Europeo —que deben ahora aprobar el aplazamiento— ratificaron por mayoría la normativa en 2023, pero el Partido Popular Europeo (PPE), la familia política de la jefa del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, se había movilizado para aparcar la medida —como otras muchas de la agenda verde—, que busca cerrar el mercado europeo a productos como la madera, el café o el cacao que procedan de tierras deforestadas ni contribuyan a deforestar la Amazonía y otros valiosos bosques.
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