La DGT realiza un cambio en los radares de tráfico que entra en vigor en julio

La DGT realiza un cambio en los radares de tráfico que entra en vigor en julio

Los radares controlan la velocidad de circulación en miles de puntos dispuestos en las carreteras españolas. Existen desde marzo de 1970 en Madrid y Barcelona, aunque en ese entonces no podían captar y multar a más de 150 km/h, una velocidad que no era fácil de alcanzar debido a la infraestructura de las carreteras y los vehículos que se comercializaban por la fecha.

Con el paso de los años, los radares fueron evolucionando para poder ser programados a cualquier velocidad que la DGT considerase conveniente e incluso añadiendo márgenes de tolerancia o de error. Es decir, algunos kilómetros arriba o abajo que el radar perdona. Sin embargo, estos márgenes cambiarán durante este mes de junio.

¿En qué consiste el cambio en los radares de velocidad?

Los radares de las carreteras españolas siguen la norma del 5 y del 7 para establecer los márgenes de tolerancia. En otras palabras, en las carreteras cuya velocidad máxima es de 100 km/h o menos, las multas se otorgan después de 5 kilómetros por encima del límite establecido en radares fijos, y 7 kilómetros en los móviles.

Si bien estos márgenes han estado presentes desde hace varios años, la Dirección General de Tráfico (DGT) ha decidido modificarlos con el mismo objetivo que siempre han tenido como bandera: aumentar la seguridad al volante y reducir el riesgo de mortalidad. A partir de ahora, la nueva regla será la 3 y 5 en carreteras limitadas a 100 km/h. Funciona igual: 3 kilómetros de gracia para los radares fijos y 5 para los móviles.

Para las vías con límites de velocidad superiores a los 100 km/h se tendrá en cuenta la misma regla pero con porcentajes. Es decir, el radar fijo multará a los conductores que superen la velocidad permitida en un 3% fijo y 5% móvil. No obstante, para evitar enredos y cálculos, es necesario simplemente no sobrepasar el límite establecido.

Tipos de radares de velocidad

En las carreteras españolas, la Dirección General de Tráfico supervisa más de 400 radares activos, con planes de agregar otros 150 en los próximos tres años. Los radares suelen ubicarse en áreas con historial de accidentes graves y existen tres tipos en general: fijos, capaces de multar varios carriles; los de tramo, que calculan la velocidad constante desde un punto a otro; y los móviles, ubicados en los semáforos, helicópteros como el conocido radar Pegasus.

Los radares fijos son automáticos y emiten una señal en la carretera que rebota contra los vehículos que circulan por la calle calculando la velocidad a partir de la onda recibida. Los móviles, por su parte, son operados por agentes de la Guardia Civil o están camuflados en trípodes junto a la vía.

Multas por exceso de velocidad

Dependiendo de la velocidad con la que se cometió la infracción, las multas comienzan en 100 euros y pueden llegar hasta la pena de cárcel. En todo caso, cuando se sobrepasa los 20 km/h fuera del límite, la retirada de puntos mínima es de dos.

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