La Iglesia protege el cepillo de fraudes y «cazaconventos»

La Iglesia protege el cepillo de fraudes y «cazaconventos»

La Iglesia española blinda el cepillo frente a los amantes de lo ajeno. Lo mismo para frenar en seco a quienes utilizan la inteligencia artificial para clonar la voz del obispo de Bilbao para una falsa campaña de recaudación que para dar esquinazo a quienes buscan hacerse con conventos a cualquier precio. Estos y otros tantos temas vinculados a la hucha eclesial están sobre la mesa de de las Jornadas sobre Economía, Sostenimiento y Transparencia que esta semana reúnen en Madrid a los ecónomos de las diócesis de nuestro país.

«Estamos analizando todo el camino desarrollado en estas áreas y para diseñar programas de futuro, que tienen que ver con la mejora de los procesos económicos, con la mejor captación de los recursos, la gestión económica, las buenas prácticas y ajustarnos al compendio de normativa fiscal y de Seguridad Social que afecta a todas las entidades de la Iglesia», ha explicado este martes en un encuentro con periodistas Fernando Giménez Barriocanal, vicesecretario para Asuntos Económicos de la Conferencia Episcopal Española.

Con la trifulca económica de las monjas cismáticas de Belorado y la compraventa de monasterios por falta de vocaciones como telón de fondo, Giménez Barriocanal admite que «es evidente que hay una disminución también del número y presencia de la vida religiosa, y eso requiere un replanteamiento de las estructuras y, por supuesto, también de los recursos económicos». «Se está trabajando siempre desde el punto de vista de que esos bienes continúen utilizándose en función de la vida de la Iglesia», aseveró. De hecho, estas jornadas de trabajo han incluido talleres sobre gestión financiera de los recursos de la Iglesia y la gestión del patrimonio inmueble.

A la par, se ha sumado una ponencia sobre ciberseguridad. «Se han analizado todos los fraudes de los cuales no es ajena a la Iglesia católica, como no lo somos ninguno de nosotros», aprecia el vicesecretario.

Pero, ¿tiene conciencia de que hay mucho lobo con piel de cordero a la caza del patrimonio eclesial? «Yo creo que hay en todos los sitios y, por supuesto, hacia la Iglesia también, porque acumula muchos recursos. También está llena de gente de buena voluntad. A la buena voluntad hay que añadir competencia, rigor y controles», responde Giménez Barriocanal.

Junto a esta labor de prevención, los obispos españoles continúan apuntalando la transparencia. «La Iglesia rinde cuentas cada año al Estado, a través de la Memoria de Actividades que presenta y en la que ofrece a qué destina lo que recibe de los contribuyentes», asegura Esther Martín, directora de la Oficina de Transparencia de los obispos. «No nos quedamos solo ahí –continúa–, sino que no solo incluyen los recursos que reciben de la asignación tributaria, que suponen cerca de un 20% del presupuesto diocesana, sino a qué se dedican las aportaciones de los fieles».

Con la vista puesta en la actual campaña de la renta, el director del secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia, José María Albalad, hace un llamamiento para reclamar todavía más apoyo de la ciudadanía: «No tenemos contribuyentes de primera ni de segunda, todas las equis nos valen igual».

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