El baño de José Alabau, vecino de la calle Alfafar en Paiporta, tiene un gran problema: el agua no baja del inodoro después de tirar la cadena. Alabau tampoco puede lavar los platos, ni poner lavadoras porque las cañerías de su edificio no drenan una gota más. 24 días después de la riada, la imagen se repite en varias calles de Paiporta, el municipio más afectado por la dana, donde 45 camiones cuba trabajan sin descanso para desatascar el sistema de alcantarillado, conectado a cada finca y colapsado por las toneladas de lodo vertidas durante las jornadas de limpieza. La Generalitat asegura que 76 de sus 78 kilómetros de alcantarillado están afectados. Fuentes de la diputación de Valencia explican que es muy difícil dimensionar los avances diarios de limpieza, porque si un día se despeja un tramo, al siguiente se vuelve a colmatar porque los vecinos siguen vertiendo lodo a las alcantarillas o porque fluye más barro desde otras tuberías que están siendo despejadas. Cuando se despeja una, el atasco aparece por otra.
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