Una de las claves (si no la elemental) de esta progresión de Paula Badosa que ahora gana relieve en Nueva York tiene nombre y apellidos: Pol Toledo Bagué, su entrenador. “A él le doy toda la importancia”, responde la tenista a este periódico, “porque al final ha estado conmigo 24-7 [horas-días], es el que me ha visto llorar, el que me ha visto sufrir, el que me ha visto no creer en mí, el que me ha visto con dudas, el que me ha visto no querer seguir jugando a este deporte…”, prolonga la catalana, citada hoy (18.00, Movistar+) con la estadounidense Emma Navarro (23 años y 12ª del mundo) en busca de una plaza en las semifinales de Nueva York, terreno en el que no se adentra una española desde que lo hiciera Conchita Martínez en la edición de 1996.
UN PRECEDENTE FAVORABLE
El tenis local celebró el lunes el avance de una de sus representantes, Jessica Pegula. La estadounidense, sexta del mundo y una de las más regulares del circuito, se impuso por 6-4 y 6-2 a la rusa Diana Shnaider y accedió a los cuartos de final, en los que ya figuraba el nombre de Emma Navarro.
Badosa y ella solo se han enfrentado una vez, este año en la arena de Roma; la española remontó en tres sets. “Tiene mucho, mucho talento”, recalca la española, “y en Roma la batalla ya fue muy dura, pero era tierra batida, así que aquí será diferente. Está jugando muy bien y haciendo un gran verano. Tendré que ser más agresiva que ella y veremos qué pasa”.
A Pegula se unió la checa Karolina Muchova (doble 6-3 a Jasmine Paolini) y en el cuadro masculino, el inglés Jack Draper y el ruso Daniil Medvedev lograron el pase gracias a sus respectivos triunfos contra Tomas Machac (6-3, 6-1 y 6-2) y Nuno Borges (6-0, 6-1 y 6-3).