La vigilancia intensiva para controlar poblaciones de mosquitos que propaguen el virus del Nilo se mantendrá hasta finales de noviembre, para posteriormente estudiar la “invernada” de estos insectos, antes de que en primavera se retomen los análisis semanales.
Así lo han indicado a EFE fuentes de la Estación Biológica de Doñana (EBD), que han señalado que al menos durante dos meses y medio más se continuará con los análisis semanales de decenas de trampas situadas en distintos puntos de Andalucía, momento en el que “se seguirá trabajando pero a menor intensidad para estudiar la invernada de los mosquitos”.
Durante el invierno, aunque los mosquitos siguen presentes, huyen del frío “refugiándose en agujeros o sótanos”, de modo que no son tan apreciables como cuando llegan los meses de calor, aunque estudiarlos en épocas de frío tiene mucho valor para los investigadores.
La previsión es que los muestreos de la EBD se inicien a mediados de marzo próximo, centrados en los municipios sevillanos de Coria del Río, La Puebla del Río y Palomares del Río, mientras que los muestreos de la Junta están previstos para primeros de junio.
De forma paralela, se analizan unos 1.000 puntos distintos de Huelva, Sevilla y Cádiz con el proyecto ‘Arboprevent’, un trabajo intenso de control del virus del Nilo Occidental (VNO) para trazar un mapa exacto de la ubicación de mosquitos transmisores y “predecir” el contagio en humanos.
Este trabajo está financiando con casi medio millón de euros por la Fundación La Caixa y lo desarrolla la Estación Biológica de Doñana, con la previsión de que termine a finales de 2025.
‘Arboprevent’ cuenta con puntos fijos de muestreo en las localidades sevillanas de La Puebla del Río, Coria del Río y Palomares del Río, además de centenares de localizaciones en las tres provincias donde se trabaja.
El objetivo es crear “un mapa de distribución y abundancia de mosquitos, y conseguir herramientas de alarma temprana de proliferación y riesgo de transmisión de virus”.
Para que los expertos trabajasen se diseñó “una matriz con cuadrículas de cinco kilómetros cuadrados”, con puntos de control en las intersecciones de esas cuadrículas, donde durante todo 2023 y 2024 se están seleccionado muestras de mosquitos para analizar, con el objetivo final de realizar el muestreo definitivo durante 2025.
Con todo ello, se quieren identificar las áreas de riesgo de transmisión del virus en Andalucía, donde está circulando con mayor intensidad, y proponer estrategias de control para reducir la abundancia de mosquitos en las zonas habitadas.