Con los avisos de Junts, se le nubla bastante el panorama a nuestro timonel, aunque para él como si nada. Hoy China y antes el Senegal y después cualquier otro lugar del globo para seguir ejerciendo la Presidencia como si fuera eterna. Le da lo mismo perder una tras otra votación en el Congreso y que los socios no estén dispuestos a alumbrarle ni el techo de gasto ni el presupuesto. Se prorroga el de hace dos años y listo. Se gobierna sin apoyo parlamentario y tan tranquilo. El dinero viene de Europa como un maná que da para aparentar que las cosas van bien, aunque en realidad vayan fatal. Y el panorama, con el Plan Draghi calentito, no puede ser mejor para su liderazgo. Lo que propone el exbanquero central es más dinero, mucho más que un Plan Marshall para que las naciones de la UE se endeuden hasta las cejas, de manera que llegue un momento en que no tengan capacidad alguna de maniobra, dependiendo al cien por cien del prestamista, en este caso la Comisión von der Leyen, que a su vez lo será de Black Rock y de otros fondos globales.
Para gastar todo lo que anuncia Draghi, nadie mejor que Sánchez, cum laude en distribuir entre los suyos el dinero de los demás. Más impuestos para los ricos (como dice también Kamala) y endeudamiento sin freno, que nadie tenga queja, sobre todo Cataluña, y ninguna otra autonomía se vea especialmente perjudicada, salvo Madrid. Quizás por eso decía nuestro Pedro que habrá más dinero para todos. Menos para los españoles, agobiados a cuenta de la inflación, los impuestos y los salarios decrecientes.
Y va en esto y amenaza Nogueras con tumbar el techo de gasto y los Presupuestos. En un país normal sería más que suficiente para disolver y convocar elecciones, pero aquí no. Esto es más bien un acicate para continuar hasta que el cuerpo aguante. Por mucho que roznen los de Junts, a Puigdemont le tiene el de Moncloa bien atado. Mientras que el TC no resuelva sobre la amnistía, el huido no podrá regresar a España. Y el TC se puede tomar su tiempo. Todo lo que diga Pedro. Tómate tu tiempo, Cándido, y ni se te ocurra declarar la ley inconstitucional. En realidad, Pumpido se debería abstener como Juan Carlos Campo en lo concerniente a esta ley. Y más que él, la jurista Laura Díez, asesora de Bolaños en Presidencia a la sazón. Pero al Gobierno lo que hoy le viene bien es que corran las semanas, pues mientras más meses o años pasen, más largo será el vía crucis de Puigdemont, que al no ser ya eurodiputado, tiene sobre sí la amenaza de la extradición.
Junts dirá y ladrará lo que quiera, pero no se atreverá a apoyar una posible moción de censura de Feijóo. Aunque bloquee todas las leyes y los decretos ley, la amenaza de cárcel pesa demasiado sobre el fugitivo como para exponerse a aventuras de incalculable solución.
Siendo así, al jefe del Ejecutivo apenas le inquieta Junts. Lo otro, sí. Lo de Begoña y lo de Ábalos. El exministro de Transportes, su otrora íntimo amigo y compañero, a través de su tercera ex, pudo enterarse de cosas de la consorte que pueden complicarle aún más la vida al jefe. Negocios y salidas africanas… José Luis Ábalos se resiste porque tampoco quiere tentar la suerte, pues le podrían al partido y al Gobierno enteros contra él. Lo que ha salido, sobre Koldo y sobre Jess, apenas es la punta del iceberg. Bien distribuido por la ciénaga, su efecto podría ser embarrador. Y eso sí que es para tomárselo en serio. Sánchez sabe.