Este lunes arrancaba una nueva temporada de ‘El Hormiguero’,
con lo mejor de siempre, pero con muchas novedades. Pablo Motos regresaba de
sus vacaciones entrevistando a Rafa Nadal, con el que consiguió mantener su liderazgo en la franja en la que cada vez tiene más competidores. David
Broncano y Carlos Latre quieren su pedacito del pastel que suponen las audiencias,
por lo que el espacio de Antena 3 sube la apuesta con el sorteo de un
apartamento en Torrevieja valorado en 300.000 euros, además de doblar el valor
de su famosa tarjeta, ahora fijada en los 6.000 euros. Pero por mucho que se
eleven los precios, el caché la noche de los jueves lo sigue poniendo Tamara Falcó, principal reclamo del público en la mesa de debate, formando equipo
habitual con Nuria Roca, Juan del Val y Cristina Pardo. Un análisis de la actualidad
que no deja indiferente a nadie, ya sea cuando se tratan temas serios o cuando
se abordan otros más mundanos en los que afloran anécdotas que dan mucho juego.
Este jueves tenían como invitados de excepción a Joaquín Sánchez y su mujer, Susana Saborido, que se embarcan en una nueva aventura
televisiva con ‘Emparejados’. Después de su entrevista, repleta de
chascarrillos, Pablo Motos daba paso a sus colaboradores estrella. Comenzaba con el cabreo monumental de Nuria Roca por los falsos rumores de crisis en su matrimonio. Le ha durado casi todo el verano el enfado, pues se lo tenía guardado para su reestreno en el programa. Juan del Val también compartía este sentimiento, pero echaba mano al humor, al destacar que incluso su madre le llamó por teléfono alarmada por lo publicado. Es más, la colaboradora de Pablo Motos aprovechaba la ocasión para añadir que también los paparazzi le han cazado en bikini, lo que le ha obligado a ponerse a plan en septiembre: entrenador personal, dieta y grandes dosis de humor.
Mientras se
mantenía esta conversación, Tamara Falcó parecía ausente, por lo que tuvo que
ser jaleada por el presentador: “Tamara viene de Bogotá literalmente”, a lo que
ella contestó risueña: “Una arepa más y no entro en el avión”. Después le
introdujo en la conversación, preguntándole cómo veía ella que las parejas se
diesen un respiro durante las vacaciones. A ella todo le parece bien, pues sabe
que cada relación es un mundo y ella misma se ha tenido que desdecir en muchas
ocasiones por amor: “Bien, dependiendo de cada pareja. Mi hermana por ejemplo
no se separa de su marido. Viajan juntos, hacen todo con los niños y tal, y les
va fenomenal. Pues depende. Hay gente que necesita más espacio”.
Juan del val defiende como “imprescindible” tomarse un
respiro para sí mismo e irse de vacaciones sin su esposa, dándole la misma
libertad a ella a hacer sus propios planes: “Cuando las conversaciones son las mismas
todos los días, para comer, para desayunar y para cenar”, poniendo el ejemplo
del calor, que es tema de conversación a lo largo de todo el día, provocándole
el aburrimiento. “¿Estás diciendo que la familia es aburrida?”, se escandaliza la
marquesa de Griñón, que se resiste a separarse de su marido y menos porque no
se divierta a su lado. Es más, sube la apuesta y confiesa que ella no se
despega de él ni durmiendo: “Me encanta dormir juntos todas las noches, aunque
mi fisio me ha dicho que no es bueno para el cuello, pero me da exactamente
igual. Es que la oxitocina es importantísima”, a lo que le interrumpe Nuria
Roca para apuntar que “vuelves muy enamorada”. Ella sentencia con un “por
supuesto”.
Pero Cristina Pardo quiso aportar su opinión al respecto,
rompiendo la esfera de romanticismo que se estaba generando y poniendo algo de
cordura: “Me vais a disculpar, pero una noche a 26 grados, que te estén
agarrando, eso sí que me parece motivo de separación”, sentencia. No atiende a
razones y le da igual si hay aire acondicionado a máxima potencia o si el amor
te empuja a querer estar todo tiempo en contacto con tu pareja. Para ella es
más importante “dejar espacio de seguridad en las noches de verano”.