El esperado verano abrasador para las aerolíneas europeas no llegó a materializarse. Ryanair vio caer sus beneficios un 6% interanual en el trimestre, con una caída de las tarifas medias del 7%, ya que recortó los precios para llenar los vuelos. En Lufthansa y Air France-KLM, el aumento de los sueldos y los costes de mantenimiento mermaron los márgenes. La excepción fue IAG, cuyos vuelos norteamericanos contribuyeron a aumentar el beneficio operativo en más de un 15%.
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