Luz

Luz

Sigo emocionándome recordando cada segundo vivido en el Monasterio de Santa María de La Vid el pasado fin de semana. No es casualidad que el lema de San Agustín sea «ama y haz lo que quieras». Lo que se hace con amor es siempre sinónimo de triunfo. Hasta esa «invitada inesperada» como calificó la prensa del corazón a la lluvia, fue una bendición ya que gracias a ella pudimos celebrar una emocionante ceremonia de amor y compromiso en un bello claustro del siglo XII.

Nuestra familia y amigos muy cercanos, aseguran que caminábamos entre ellos con un halo de luz sobre nuestras cabezas. Esto podría haber quedado en una mera anécdota, producto de la embriaguez emocional de los asistentes, si no fuera porque lo decían también los agustinos que, allí, en su propia casa, sintieron esa potente luz y energía.

Quedó claramente confirmado que el compromiso nos hace más fuertes. Precisamente ayer, tuvo lugar el XXX Congreso de la Mujer Hoy en Saltillo, México, organizado por Familia Unida, que confirmó que comprometerse, creer y vivir están íntimamente relacionados. Esto cobra más fuerza y sentido en una sociedad que vemos debilitarse a la vez que siente que las raíces y el compromiso son meramente lastres cuando realmente nos sostienen y llenan de vitalidad.

Y es que la vida va de eso: comprometerse con lo que amamos, creer para crear y vivir en mayúsculas. Este texto me emocionó: «llena tu vida de conexiones reales, de personas que te ayuden a crecer, de almas puras y corazones sabios con los que aprendas a amarte. Rodéate de las personas que quieren quedarse, de las que siempre suman, de las que cuando piensan en ti, no paran de sonreír».

El próximo 4 de octubre, casualmente el Día de la sonrisa, volveremos a celebrar nuestro compromiso, porque el amor es el mayor motivo para celebrar cada día y contagiarnos de la maravillosa luz que desprende la vida.

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