Las versiones rusas de los drones de diseño iraní Shahed
131 y Shahed 136 (Geran-1 y Geran-2, según la nomenclatura de Rusia)
tienen una presencia constante en Ucrania desde pocos meses después del inicio
de la invasión. Analistas de defensa ucranianos han detectado que el perfil de
ataque de los drones Shahed de fabricación iraní ha evolucionado en los últimos
meses y ahora suelen volar a alturas más bajas, de entre 2 y 5 kilómetros,
para evitar ser derribados por las defensas terrestres. Frente a la amenaza de los UAVs a baja altitud, una start-up de defensa con sede en Estonia ha desarrollado el
minimisil Mark-1, que va a ser probado este mes en un lugar no especificado de Ucrania, según recoge Defense News.
El director ejecutivo de Frankenburg Technologies, Kusti
Salm, ha afirmado que el objetivo de la compañía con este nuevo misil es
ayudar a Ucrania a ganar la [[LINK:TAG|||tag|||6336146e1e757a32c790bb29|||guerra]]. ‘Para lograrlo, estamos ofreciendo un
prototipo de un nuevo misil económico para abatir objetivos aéreos, en
particular vehículos aéreos no tripulados (UAV)’, señala Salm. Si las pruebas
resultan exitosas, se espera que Kiev apruebe su uso contra los drones rusos.
El minimisil de Frankenburg Technologies es un misil de
defensa aérea de última generación que cuenta con un avanzado sistema de
puntería impulsado por inteligencia artificial. Este sistema permite que el
misil tenga un conocimiento de la situación en tiempo real, lo que le permite detectar,
rastrear y neutralizar con precisión las amenazas de los UAV.
El misil está diseñado para enfrentarse a aviones no
tripulados que operan a altitudes de hasta 2 kilómetros, lo que está
dentro del rango de vuelo de los aviones no tripulados Shahed desplegados por
las fuerzas rusas. La tecnología impulsada por IA detrás del minimisil Mark-1
proporciona una ventaja significativa sobre las contramedidas más
tradicionales.
Un punto de venta clave del minimisil de Frankenburg es su coste.
Los sistemas tradicionales de defensa aérea suelen resultar prohibitivos,
pero Frankenburg se ha propuesto hacer que su misil sea diez veces más
asequible que las alternativas convencionales.
Además de la rentabilidad, el misil está diseñado para ser fabricado
a un ritmo rápido, con una producción inicial planificada de varias docenas
de unidades por semana. Se espera que esta capacidad aumente a cientos de
misiles por semana para el tercer trimestre de 2025.
Si las pruebas que se van a realizar en escenarios de
combate reales resultan exitosas, la fabricación del misil podría
establecerse en Ucrania. El ministro de Defensa de Estonia, Hanno Pevkur,
destacó recientemente que su país apoya las capacidades de producción militar
de Ucrania y afirmó que puede gestionar su defensa de manera efectiva si cuenta
con los recursos adecuados. Frankenburg Technologies tiene oficinas, además de
en Estonia, en Londres, donde va a invertir 50 millones de euros para investigación
y desarrollo de motores de bajo coste.