“O me apruebas o te pongo a caldo en Instagram”: Profesor universitario cuenta lo peor de tener una alumna ‘influencer’

“O me apruebas o te pongo a caldo en Instagram”: Profesor universitario cuenta lo peor de tener una alumna ‘influencer’

La relación entre profesores y alumnos ha cambiado más en los últimos 50 años, prácticamente, que en el restante de la historia de la humanidad. En España, para desgracia de los alumnos, muchos han visto cómo la educación se convertía en un terreno de lucha política, y se vieron afectados por múltiples cambios de planes y leyes generales de estudios.

Durante la última legislatura, tanto la educación privada como la concertada han vuelto a ser atacadas por el Ejecutivo con la propuesta de la LOMLOE, más conocida como ‘Ley Celaá’. Algunos profesionales de la educación, como el estadounidense John Taylor Gatto, defienden sin embargo que la mejor educación que se le puede aportar a un hijo se debe dar en casa, y nunca bajo el temario que decida el Estado. Taylot Gatto, después de más de 30 años de enseñanza, tiró la toalla y se dedicó a viajar por el mundo promoviendo una educación más libre.

El grado de permisibilidad de ciertos comportamientos o los niveles de exigencia de disciplina por parte de los educadores hacia los alumnos también ha dado un giro rotundo en su estrategia. En el año 2009, se estrenó en Antena3 un ‘reality’ en el que se llevaba a cabo el experimento social de poner a un grupo de jóvenes a vivir en un instituto que emulaba un internado de los años 1960. Muchos tal vez no lo recuerden, pero ‘Curso del 63’ levantó grandes polémicas y debates respecto al rumbo que estaba llevando la educación en España.

Sea como fuere, los tiempos van cambiando, y tanto los avances sociales como los tecnológicos suponen cada vez nuevos y mayores retos a los que los docentes deben hacer frente. En términos de sociabilidad, códigos interpersonales y formas de expresarse, los alumnos de las generaciones actuales no tienen nada que ver con los de hace tan solo unas pocas décadas.

El primer día de universidad más surrealista de los tiempos modernos

A las míticas profesiones que todos los niños querían ser de pequeños (policía, bombero, médico, futbolista, etc.), ahora se le van sumando otros nuevos oficios derivados del progreso de internet, como son los ‘influencers’.

Francisco José García Ill, más conocido en redes sociales como @drgarciaull es un profesor universitario e investigador español, además de Doctor en Filosofía, comunicación y estudio de medios. A pesar lo actual que es su campo de trabajo y sus años de experiencia como docente en la universidad, siguen ocurriendo conflictos con alumnos cada año que le dejan estupefacto.

Como el mismo doctor explicaba en un vídeo que compartió a través de TikTok, el suceso se dio el primer día de clase, una jornada que se suele reservar para conocer al alumnado y explicar qué temario se tratará durante el curso en la asignatura. De hecho, suele acabar mucho antes que una lección habitual, es tan solo una pequeña toma de contacto.

Pues bien, ya desde el primer día de todos, sin haber dado aún ninguna clase se materia, una alumna completamente prepotente quiso imponerse ante el profesor universitario y dejarle bien claro cuál era la jerarquía social allí. Después de un tranquilo primer día de presentaciones, cuando Francisco se dirigía hacia su casa, tuvo que dar media vuelta ante la llamada urgente de su coordinador académico.

Al parecer, una alumna se había quejado de él, y pedía que se le cambiara de clase, que se ofreciese otro temario o que, directamente, Francisco fuese desplazado como su profesor a otra clase. Esta estudiante amenazó a la universidad advirtiéndoles de que “es influencer y tiene un montón de seguidores en las redes sociales” y que, si no atendían a sus exigencias, ella misma “pondría a caldo en Instagram” a su nuevo docente.

Francisco no daba crédito, “cómo cambia el mundo”, espetaba en redes. Hacía además una comparación con las ‘reseñas’ que reciben los trabajadores del mundo de la hostelería a través de internet, y vaticinaba un mundo académico menos libre si se le daba crédito a las exigencias online de tardoadolescentes que realizan semejante clase de amenazas a sus superiores.

Pero la historia tiene un final feliz: como el mismo Francisco cuenta, “nadie le hizo ni caso, afortunadamente” a esta alumna, y la queja quedó en nada. La estudiante recibió el apodo de ‘alumna Black Mirror’, ya que intentó utilizar el poder de cancelación de las masas de internet contra una persona que estaba ahí para educarla, sin ninguna clase de respeto a la autoridad.

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