Envolverse en una castiza experiencia gastronómica en uno de los entornos más idílicos de la Comunidad de Madrid, es una cita que tenemos que marcar en la agenda desde ya. Cuando el otoño dibuja paisajes de ensueño y el clima muestra su faceta más amable, San Lorenzo de El Escorial hunde sus raíces en la tradición madrileña, ofreciendo una amplia variedad de sabores auténticos, perfectos para una escapada de fin de semana.
Ubicado al noroeste de la Comunidad, San Lorenzo de El Escorial es un municipio de muy fácil acceso. Se encuentra a solo una hora del centro de la ciudad en coche, pero también tiene excelentes opciones de buses y conexiones directas en tren. De hecho, durante esta temporada los visitantes ya pueden acceder al municipio a bordo del Tren de Felipe II, un tren turístico de los años 40 que parte de la Estación de Príncipe Pío y atraviesa la Sierra de Guadarrama. Circula todos los sábados, domingos y festivos desde el 21 de marzo hasta 14 de junio y desde el 21 de septiembre hasta el 14 de diciembre. Los viajeros disfrutarán de bellos paisajes, mientras un grupo de actores disfrazados de personajes históricos recrean momentos de la vida de Felipe II.
Llegando al municipio, algunos de los atractivos más importantes son: el Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO, el fascinante Bosque de la Herrería o la Silla de Felipe II, —un mirador que ofrece impresionantes vistas de la sierra y el monasterio—, además de otros puntos de interés como la Casita del Príncipe y la Casita del Infante.
El sabor madrileño
En un entorno privilegiado como es San Lorenzo de El Escorial, la historia también se cuenta a través de su gastronomía y los productos de gran calidad. Entre las delicias más buscadas de la localidad está el típico «cocido madrileño» o los «callos a la madrileña», preparados de forma tan especial que sus misterios solo se revelan al tacto con el paladar. Cabe destacar que nos encontramos en la temporada de setas, por lo que estamos en un momento idóneo para emprender la búsqueda de las variedades que crecen en la región y conocer más de la «micología».
El cordero y el cochinillo al horno suelen ser los platos estrella de los restaurantes más reconocidos del municipio, mientras que la ternera es un gran competidor desde la sierra de Guadarrama. Pero no todo son carnes, en San Lorenzo de El Escorial también hay delicias más ligeras y sencillas, como las populares mollejas a la plancha, los crujientes calamares a la romana y, por supuesto, la icónica tortilla de patatas.
Homenaje a la alta cocina
Si bien en toda la localidad, encontraremos lugares con encanto, hay restaurantes que ya se han hecho un nombre gracias a sus deliciosos manjares. Este es el caso de Montia, un restaurante con una estrella Michelin que se ha posicionado como una referencia en la zona gracias a su enfoque en la cocina de proximidad y de temporada. Entre otros aclamados, tenemos la propuesta de Charolés o de Vesta Taberna, un espacio que, además de la cocina tradicional, le da opciones a los vegetarianos. Cava Alta, destaca con su lasaña de rabo de toro en un entorno único e inusual, y Valhalla Experience, con sus opciones gourmet. La Rueda y La Herrería ofrecen experiencias culinarias que van desde los platos más tradicionales hasta las creaciones más contemporáneas. En el ámbito de la pastelería, el dulce tradicional de la zona son las bizcotelas, un postre exquisito que data del siglo XVIII y que fue el favorito del rey Felipe V.
Por otro lado, la cercanía con la Sierra de Guadarrama hace de este municipio un destino perfecto para los amantes del senderismo o el ciclismo de montaña, por lo que es para muchos un santuario de desconexión. Sus alrededores albergan vistas para dejarnos sin aliento, explorando el Pinar de Abantos y el Arboreto Luis Ceballos. Por ello, visitar San Lorenzo de El Escorial es una experiencia 360º, con diversas actividades que combinan gastronomía, historia y una espléndida naturaleza.
