Pedro Sánchez intentó este martes borrar la imagen que dejaron los graves incidentes del pasado domingo en Paiporta: un hombre cabizbajo y aparentemente dolorido que abandonaba el lugar entre insultos y amenazas. Dos días después, el líder socialista exhibió su estampa más presidencial en el palacio de la Moncloa, sobrevoló las disputas políticas, defendió que su Gobierno reaccionó “desde el primer minuto” y se dedicó a presentar un gran plan de ayudas directas a los damnificados por las catastróficas inundaciones. El Ejecutivo promete dedicar, en un primer paquete, 10.600 millones de euros para los que han perdido sus casas y sus enseres, los que han tenido que cerrar sus negocios o los que no están en condiciones de volver a trabajar por el momento.
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